Marcha por Silvia Suppo ¡Esclarecimiento y Justicia!

jueves, 15 de abril de 2010

UNA MULTITUD SIGUIO EL FALLO DEL TRIBUNAL FEDERAL

Abrazos, alegría y lágrimas
Cuando el juez Otmar Paulucci leyó la primera sentencia a prisión perpetua la reacción de la gente -reunida frente a Tribunales con el entusiasmo de formar parte de un día histórico- fue de gritos de felicidad.

 Por Sonia Tessa

Una marea de abrazos y lágrimas se apropió de bulevar Oroño cuando el juez Otmar Paulucci leyó la primera sentencia a prisión perpetua. Gritos de felicidad, brazos en alto. Una multitud escuchó con atención las palabras del presidente del Tribunal. Abrazos, gritos, alegría y lágrimas. Ramón Verón y Olga Moyano, dos sobrevivientes de la Fábrica de Armas, habían cedido su lugar en la sala y se rodearon del enorme abrazo colectivo -así como de sus afectos más cercanos- para escuchar la sentencia. El llanto fue liberador. Sobre el escenario, las fotos de los 16 desaparecidos por los que se hizo justicia en esta causa no sólo eran un homenaje, sino también una presencia. También estaba, aunque haya muerto el año pasado, Cecilia Nazábal. Su nombre fue el primero que el magistrado leyó en la lista de querellantes, y la multitud aplaudió con ganas a una de las principales impulsoras de este juicio. Tras las condenas, la fiesta fue completa. Se trataba, como expresó Olga Moyano más tarde, sobre el escenario, de "una construcción colectiva". "Esta condena no alcanza a curar las heridas pero las alivia", afirmó la sobreviviente del centro clandestino de detención Fábrica de Armas, quien dio "un gracias grande" a las 10 mil personas que celebraban. Lo mismo hizo, aún más tarde, en el mismo escenario, Ana Oberlin, una de las abogadas de HIJOS.

Había HIJOS de todo el país, así como miles de personas que habían llegado por las suyas hasta el cantero de Oroño con el entusiasmo de formar parte de un día histórico. Militantes cincuentones mezclados con los veinteañeros, todos unidos en la celebración, con los ojos transidos de felicidad. Había banderas de agrupaciones estudiantiles, de organismos de derechos humanos, de organizaciones sociales como Giros. Había niños y niñas en los brazos de sus padres. Una sola persona se fue decepcionada: Lua, hija de Nora, una integrante de HIJOS, suponía que esos hombres serían castigados por la desaparición de su abuelo, Alejandro Pastorini, cuyo asesinato no se investigó en esta causa.

El resto de los presentes festejaba con ganas. Y abucheó con ganas al ex presidente Eduardo Duhalde, cada vez que se repudió desde el escenario su pedido de amnistía. En el otro extremo, los aplausos acompañaron la salida de las Madres de la plaza 25 de Mayo y los querellantes del Tribunal. Apenas traspasó las vallas ubicadas sobre la vereda, una de las Madres, Norma Vermeulen, no podía hablar. "Nuestros hijos nos están mirando de arriba, triunfamos aunque sean pocos los que están presos, pero no importa, es un camino", dijo, antes de ir a sentarse sobre el escenario para escuchar la histórica consigna "Madres de la plaza, el pueblo las abraza". Al lado de ella iba Chiche Massa, que recordó a su hijo Ricardo. "He llorado cada vez que decían perpetua, pero no era de dolor, era de felicidad. Porque después de tantas luchas, de tantos años esperando, se hizo justicia. Y aunque no haya sido para mi hijo, estos compañeros lo representan".

Cuando Juan Rivero salió de los Tribunales, el abrazo con sus hijos fue interminable. Ariel, que dio su testimonio en la causa, estaba exultante. "Estamos muy emocionados porque realmente creemos que se hizo justicia, falta todavía mucha gente a condenar pero el primer paso ya se dio, con las personas que tanto mal nos hicieron durante muchos años", dijo mientras su hermana Viviana agregó: "No iba a permitir nunca, nunca jamás, que les hicieran a mis hijos lo mismo que a nosotros, que nos cagaron la infancia". Con innegable parecido a su padre, los dos hijos se dejaron abrazar por él. Juan había estado sentado en uno de los pocos lugares de la sala de audiencias del Tribunal Oral Federal número 1, y le costaba superar la emoción. "Hoy es el momento de arranque para que un nuevo mundo sea posible. Y el rescate de la memoria, de la verdad y la justicia, tiene que ver con el futuro de todos", dijo Juan, con los ojos húmedos.

Nadie quería irse hasta mucho después de la lectura de las sentencias. Cerca de las 14, cuando las Madres de la Plaza 25 de mayo estaban sentadas sobre el escenario, Juane Basso, de HIJOS, las mencionó a todas, las que ya no están y las que sí estuvieron ayer. Sobre los costados, había globos amarillos, rojos y celestes, con inscripciones en fibrón, hechas a mano, entre ellas: "Los juzga un tribunal, los condenamos todos".
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OPINAN LOS QUERELLANTES
"Sentencia perfecta"
 
* Alicia Gutiérrez, querellante. "Esta condena era lo que pedíamos, perpetua, con cárcel común y efectiva para todos. Fue tipificado como delito de lesa humanidad y por lo tanto no se puede dictar amnistía. Queremos recalcar que es producto de la lucha de muchos años de mucha gente, y en este momento recordar a nuestra compañera Cecilia Nazábal, que merecía estar acá por todo lo que peleó e hizo por esta causa".

* Juan Rivero, querellante. "Después de tanta impunidad, tantos dolores, tantas cosas negativas que nos han pasado durante tantos años, después de la Conadep, después del robo a Tribunales, las cuestiones de obediencia debida, punto final, indulto, hoy la justicia comienza a decir que las cosas son de otra manera".

* Olga Moyano, querellante. "Era la sentencia que esperábamos, está a la altura de las circunstancias. Esto nos costó mucho, una pelea de años, pero se logró. Y por ahí en un momento pensábamos como testigos que iba a pasar lo mismo que en el Juicio a las Juntas. El pueblo que está, los jóvenes que nos acompañan, eso es lo más importante, a diferencia de testimoniar en el juicio a las juntas".

* Ramón Verón, querellante. "Hoy es un punto final en una etapa, en un proceso, en una historia que se cierra, una muestra de que esta sociedad puede hacer algunas cosas bien, y este proceso, más allá de lo accidentado que fue todo el proceso judicial, el tribunal, la espera, la pérdida de tiempo, me parece que fue muy importante con el resultado del fallo de hoy, me parece que eso es lo que a los jóvenes y a la sociedad le va a servir para mirarse en ese espejo".

* Marta Bertolino, querellante en la causa Díaz Bessone (Feced): "Estamos muy emocionados, porque por fin se hizo justicia. La sentencia es lo que correspondía después de las pruebas contundentes, y del esfuerzo impresionante de los testigos, de los sobrevivientes, de los familiares. Hoy es un día de fiesta porque por primera vez empezamos a pensar que se va a hacer justicia con todas las crueldades que cometió la dictadura militar".

* Sabrina Gullino, hija de Raquel Negro, militante que estuvo secuestrada en la Quinta de Funes. "Fue muy emocionante, sobre todo porque la sentencia fue perfecta, ejemplar. Fue muy emocionante, al salir, ver a tanta gente contenta y de fiesta".

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