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lunes, 12 de abril de 2010

15 años para el espía de la dictadura

"Lo importante es que se haya llegado a una condena, no sólo por mí que lo puedo contar sino por aquellos que no pueden contarlo", dijo Ricotti, testigo clave en el juicio al ex agente secreto del Ejército, Horacio Américo Barcos.

Por Juan Carlos Tizziani

El Tribunal Oral Federal condenó ayer a un represor de la dictadura y ex agente secreto del Ejército, Horacio Américo Barcos, a once años de prisión por "privación ilegal de la libertad agravada" y "tormentos" en dos casos, en concurso real, y unificó la pena con otra anterior por "extorsión" a un empresario de Tres Arroyos, en 2003, lo que significa una condena única y efectiva de 15 años de cárcel, hasta el 2025. "Nunca más impunidad en este país", dijo la presidenta de las Madres de Plaza de Mayo, Celina Kofman, a poco de salir de la sala de audiencias donde se leyó el veredicto con pañuelos blanco en primera fila.

Barcos operaba como PCI en el Destacamento de Inteligencia Militar 122 de Santa Fe. Lo juzgaron y condenaron por integrar un grupo de tareas que secuestró al historiador y ex dirigente de la CTERA, José Alberto Tur, ya fallecido y a su ex esposa, Amalia Ricotti, en mayo de 1978. Amalia sobrevivió para contarlo, se sobrepuso a tres décadas de impunidad y ayer se la veía con los ojos iluminados, pero feliz. "Se hizo justicia", dijo en la escalinata del Tribunal. La esquina de Primera Junta y 9 de Julio ya estaba repleta de gente, tal como ocurrió en el juicio al ex juez Víctor Brusa y compañía, a fines de diciembre último.

La lectura del veredicto no insumió más de cinco minutos. "Es una sentencia adoptada por unanimidad", dijo el presidente del Tribunal, José María Escobar Cello. Lo secundaron sus colegas Daniel Laborde y María Ivón Vella.

Ricotti se declaró satisfecha por el resultado del juicio. "Estoy conforme. Lo importante es que se haya llegado a una condena, no sólo por mí que lo puedo contar sino por aquellos que no pueden contarlo. Así que ahora voy a seguir acompañando a todos los que deben transitar esta etapa tan difícil", afirmó Amalia. Sus abogados querellantes Horacio Coutaz y Zulema Rivera habían pedido 21 años de cárcel para Barcos. La fiscalía solicitó 15. Y el Tribunal lo condenó a once años, más la unificación de otros cuatro por "extorsión", lo que hace un total de 15 años.

Amalia se lamentó por tantos años de impunidad. "Es una pena que haya pasado tanto tiempo porque, lamentablemente, Alberto no llegó a ver este momento. Un recuerdo muy grande para él."

¿Qué siente en un día como hoy? le preguntó Rosario/12.

Estoy muy emocionada. Lo que siento, si retrocedo en el tiempo, es lo que sentí el día que me secuestraron. Esa sensación que la puedo decir ahora y que pensé: '¿Algún día podré contar, podré decir y podrán escuchar lo que pasó?' Bueno, hoy lo pude contar y me han escuchado. Tengo la justicia a mi lado contestó Amalia.

Usted dijo que era la memoria de Tur ¿Es así?

Sí, de alguna manera soy su memoria. Porque vivimos todo esto juntos, estuvimos juntos en el centro clandestino y comenzamos las denuncias juntos. Lamentablemente, el no lo pudo ver esto y yo lo siento muchísimo expresó Ricotti.

A pesar de la alegría de Amalia, sus abogados tenían otras expectativas. "Hay que resaltar que hubo condena, pero nosotros creemos que había pruebas para una pena más alta", dijo el doctor Coutaz. "Estamos convencidos que hay motivos para solicitar la máxima (21 años). Son delitos de lesa humanidad, muy graves, Amalia y Alberto Tur estuvieron quince días en un centro clandestino sometidos a tormentos y privación ilegal, por un grupo de tareas que operaba desde el Estado y con pretensión de impunidad".

Su colega Zulema Rivera coincidió. "Si no se aplica la máxima para estos delitos, ¿para quién es la máxima?", le planteó Rosario/12. "Eso lo tiene que responder el Tribunal y también la Fiscalía que pidió diez años menos de lo que podría haber pedido", respondió la abogada. "Creo que todavía falta que se tome verdadera conciencia de la gravedad de las conductas como las que se probaron en este juicio".
* Celina Kofman (madre de Plaza de Mayo): "Se hizo justicia. Tal vez podrían haber sido más años de condena, pero se ha vencido la impunidad. Eso es lo importante. Los juicios son un ejemplo, no sólo por la lucha incansable de las Madres y los familiares, sino por el reclamo de la sociedad".

* Daniel García (querellante en la causa Brusa): "La sentencia dentro de todo cumple las expectativas. Son quince años unificados. Es un represor más que está donde tiene que estar, en la cárcel de Las Flores".

* Anatilde Bugna (querellante en la causa Brusa): "Lo importante es que lo condenaron por los delitos que cometió. La pena hubiera podido ser más alta, como ocurrió en el juicio anterior (a Brusa y compañía) pero lo importante que sean condenados. Esto corta la impunidad".

* Lucila Puyol (Hijos). "El fallo es contundente. Ningún genocida que llega a juicio oral puede ser absuelto. Es una condena a la altura de las circunstancias".

El director de Investigaciones de la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia, Jorge Pedraza, también se declaró conforme con el fallo: "Quizás, por los daños síquicos y físicos a las víctimas le podrían haber dado a Barcos más años de condena, pero es lo que estimó el Tribunal y hay que aceptarlo".



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