Si no terminamos con la impunidad, la impunidad termina por matarnos.
Silvia Suppo fue una sobreviviente de esa generación que dio su vida por alcanzar el sueño de un país y un mundo con igualdad y justicia.
Por sus valores rebeldes y peligrosos para el poder político y económico de turno, en el año 1977, a los 17 años, fue detenida, torturada, violada y obligada a practicar un aborto en los siniestros espacios oscuros de las detenciones clandestinas.
Desde la apertura de los juicios que buscan poner un freno a tantos atropellos, se convirtió en una de las impulsoras de la investigación por la desaparición de su ex compañero. Junto a los organismos de derechos humanos, buscó inclaudicablemente la verdad, la memoria y la justicia y se convirtió también, en una testigo clave en la causa que condenó al juez federal Brusa y demás cómplices de crímenes de lesa humanidad. Fue una de las mujeres que denunció con valentía las violaciones y abusos sexuales realizadas de manera sistemática por los represores.
Por su inconveniencia para algunos sectores del poder, este lunes fue apuñalada en su negocio de artesanías a las 9:30 de la mañana en la ciudad de Rafaela. Su asesinato se produjo a plena luz del día durante la semana en que se cumplieron 34 años del aniversario del golpe cívico militar genocida.
Silvia Suppo murió físicamente en el hospital, mientras tanto la policía argumentaba "buscar pruebas" del crimen, revolviendo y desordenando el lugar de los hechos. La mayoría de los medios locales y nacionales rápidamente confundieron a la opinión pública diciendo que se había tratado de un robo.
Sabemos que el silencio puede ser complicidad. Tememos por la vida y la seguridad de los y las testigos que tras haber recibido brutalmente sobre sus cuerpos toda la violencia que este sistema capitalista y patriarcal es capaz de descargar, están teniendo la valentía de declarar en los tribunales que, al igual que las fuerzas de seguridad, están plagados de responsables del terrorismo de Estado.
Queremos que se castigue a los culpables de la muerte de Silvia. Queremos que se esclarezca este asesinato al igual que la desaparición de Julio López. Queremos Justicia. Queremos terminar con la impunidad de ayer y de hoy, porque sabemos que se trata de una batalla de la vida contra la muerte.
La lucha por la conquista de los derechos humanos no se consigue solo con discursos, diplomas y museos. La lucha por la vigencia plena de los derechos de los humanos y las humanas se conquista con rebeldía, con movilización colectiva, con compromiso solidario, con cuidado efectivo de las víctimas, comunicando sin condicionamientos económicos y sobre todo, construyendo espacios libres de prepotencia mercenaria y machista.
Silvia: las feministas inconvenientes te despedimos con un profundo dolor que nos desgarra pero que no nos paraliza.
Ahora, como ayer y como siempre, sigue siendo indispensable el castigo a los culpables.
Por tu ejemplo de vida. Por todos los desaparecidos y las desaparecidas de ayer y de hoy...
Vamos a buscar la verdad. Vamos a luchar por justicia. Vamos a vencer a la impunidad.
Silvia Suppo fue una sobreviviente de esa generación que dio su vida por alcanzar el sueño de un país y un mundo con igualdad y justicia.
Por sus valores rebeldes y peligrosos para el poder político y económico de turno, en el año 1977, a los 17 años, fue detenida, torturada, violada y obligada a practicar un aborto en los siniestros espacios oscuros de las detenciones clandestinas.
Desde la apertura de los juicios que buscan poner un freno a tantos atropellos, se convirtió en una de las impulsoras de la investigación por la desaparición de su ex compañero. Junto a los organismos de derechos humanos, buscó inclaudicablemente la verdad, la memoria y la justicia y se convirtió también, en una testigo clave en la causa que condenó al juez federal Brusa y demás cómplices de crímenes de lesa humanidad. Fue una de las mujeres que denunció con valentía las violaciones y abusos sexuales realizadas de manera sistemática por los represores.
Por su inconveniencia para algunos sectores del poder, este lunes fue apuñalada en su negocio de artesanías a las 9:30 de la mañana en la ciudad de Rafaela. Su asesinato se produjo a plena luz del día durante la semana en que se cumplieron 34 años del aniversario del golpe cívico militar genocida.
Silvia Suppo murió físicamente en el hospital, mientras tanto la policía argumentaba "buscar pruebas" del crimen, revolviendo y desordenando el lugar de los hechos. La mayoría de los medios locales y nacionales rápidamente confundieron a la opinión pública diciendo que se había tratado de un robo.
Sabemos que el silencio puede ser complicidad. Tememos por la vida y la seguridad de los y las testigos que tras haber recibido brutalmente sobre sus cuerpos toda la violencia que este sistema capitalista y patriarcal es capaz de descargar, están teniendo la valentía de declarar en los tribunales que, al igual que las fuerzas de seguridad, están plagados de responsables del terrorismo de Estado.
Queremos que se castigue a los culpables de la muerte de Silvia. Queremos que se esclarezca este asesinato al igual que la desaparición de Julio López. Queremos Justicia. Queremos terminar con la impunidad de ayer y de hoy, porque sabemos que se trata de una batalla de la vida contra la muerte.
La lucha por la conquista de los derechos humanos no se consigue solo con discursos, diplomas y museos. La lucha por la vigencia plena de los derechos de los humanos y las humanas se conquista con rebeldía, con movilización colectiva, con compromiso solidario, con cuidado efectivo de las víctimas, comunicando sin condicionamientos económicos y sobre todo, construyendo espacios libres de prepotencia mercenaria y machista.
Silvia: las feministas inconvenientes te despedimos con un profundo dolor que nos desgarra pero que no nos paraliza.
Ahora, como ayer y como siempre, sigue siendo indispensable el castigo a los culpables.
Por tu ejemplo de vida. Por todos los desaparecidos y las desaparecidas de ayer y de hoy...
Vamos a buscar la verdad. Vamos a luchar por justicia. Vamos a vencer a la impunidad.
Al igual que el golpe cívico-militar.eclesiástico-mediático sirvió a varios actores, la muerte de Silvia parece servir a los mismos ruines. Los medios culparon a 2 trapitos y ese mismo 29/03/2010 Macri lanzaba su campaña de criminalización contra los trapitos de BsAs (ver Página 12), detrás del entramado la corrupta policía obedecía su papel de siempre:ensuciar al limpio y limpiar al sucio.
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