Marcha por Silvia Suppo ¡Esclarecimiento y Justicia!

martes, 15 de julio de 2014

Triunfo de la memoria: despidieron los restos de una militante del PRT-ERP

En otra enorme batalla ganada por la memoria y la lucha popular, el jueves pasado se inhumaron los restos de la militante del PRT y Teniente del ERP, Irma Elena Montenegro, conocida como “la Negra Celia”
Fue en el cementerio de Puerto General San Martín, al norte de Rosario, donde se dieron cita representantes de organismos de derechos humanos, organizaciones políticas, músicos populares y compañeros y compañeras de militancia de la joven secuestrada y asesinada durante la última dictadura militar. Su hijo, nietos y otros familiares encabezaron el homenaje.

Otra vez la historia se hizo presente demostrando que el pasado está vivo y que no es algo que podrá olvidarse por decreto. No habrá jamás borrón y cuenta nueva y menos aún hasta que no se recupere la identidad de cada militante desaparecido y de cada hijo cuya identidad fue robada y no se enjuicie a cada genocida responsable de las atrocidades realizadas durante la última dictadura militar.

Prueba de ello fue el acto con el que se despidieron los restos, ahora identificados, de la militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y Teniente del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), Irma Elena Montenegro, “la Negra”, cuyo nombre de guerra era Celia. Allí, su hijo, sus nietos y otros familiares, junto a sus compañeros y compañeras de militancia, dejaron en claro que el dolor no se olvidó y que sigue siendo absolutamente necesaria la ceremonia del duelo que permita ayudar a cicatrizar nuestra historia. Cómo no darse cuenta de ello al ver caer las lágrimas de los ojos de niños y niñas de no más de 10 o 12 años, probablemente nietos de Irma, al encontrarse con los relatos de mucha gente y los abrazos sentidos de desconocidos que les daban apoyo hablándoles de su abuela.

Montenegro fue, además, compañera de vida del Gringo Ángel Porcu, también militante del PRT y dirigente de la UOM de Villa Constitución. Juntos tuvieron un hijo, Gabriel, que pudo confirmar su identidad hace algunos años, ya que su madre, ante la inminencia del peligro, prefirió dejarlo al cuidado de su hermano, quien nunca le reveló su verdadero origen. Nélida Turlione, una de las compañeras presentes en el homenaje, remarcó que “la Negra estaba muy preocupada por su hijo. O caíamos todos o salvábamos al chiquitito. Fue muy doloroso para ella dejar a su hijo con su hermano”.

Por su parte, el Secretario General de ATE Rosario y de la CTA provincia de Santa Fe, Gustavo Martínez, fue íntimo amigo y compañero de Porcu, por lo que su recuerdo de Irma fue por la vía del relato del Gringo. De hecho, afirmó que a Gabriel lo conoció “a través de la imaginación del Gringo, que se preguntaba cómo sería”.

Quien también tomó la palabra durante el homenaje fue Héctor “la Chinche” Medina, quien en los '70 fue militante de la Juventud Guevarista, la rama juvenil del PRT. “La conocí cuando era muy pibe, cuando iban a Villa Gobernador Gálvez a enseñarnos a organizarnos para pelear por la libertad”, rememoró. Quizás por eso eligió catalogar a la recuperación de los restos de la Negra Celia como “un triunfo” y aseguró que seguirán “peleando para encontrar a cada uno, para saber la verdad y luchando por la memoria, por la verdad y por la justicia, para que todos los genocidas terminen con cárcel común, perpetua y efectiva”.

El “Colorado” Jorge Marcos, también integrante del PRT y el ERP, incluyó en sus palabras un toque de humor y hasta de recuerdos amorosos. Enumeró muchas y enormes cualidades de la compañera Irma, y destacó que “era muy difícil que una mujer pudiera llegar a ser teniente del ERP y ella era muy valiente”. El Colo también recordó que ella fue una de las que custodió a Stanley Sylvester, el gerente del Swift y cónsul inglés en Rosario, secuestrado por el ERP en 1971. Marcos hasta se animó a confesar que se debía haber enamorado de ella. “De las compañeras que conocí yo creo que era la más brillante”, concluyó.

Luego de varios oradores más, un grupo de músicos oriundos del Cordón Industrial interpretó algunas canciones en honor a Montenegro. Después de ellos, un integrante de la actual Juventud Guevarista, “el Mecha”, se ofreció a cantar la zamba “La Guerrillera”, y luego, a pedido, ejecutó la marcha del ERP, que acompañaron varios de los presentes con sus voces y sus puños en alto.

Un profundo silencio acompañó, más tarde, la despedida de los restos hasta el sepulcro, que se quebró con un cerrado y prolongado aplauso. Vale recordar que Irma Montenegro fue secuestrada por un grupo de tareas en la zona sur de Rosario y permaneció desaparecida en el centro clandestino de detención llamado La Calamita, en Granadero Baigorria. Fue asesinada en junio de 1977 en esa localidad, en uno de los habituales simulacros de enfrentamiento perpetrados por los dirigentes de la dictadura, conocido como la "Masacre de Las Verbenas y 9 de Julio".

Finalizado el homenaje, “la Chinche” Medina evaluó la importancia de este hecho y puso sobre la mesa los valores que viene a levantar la recuperación de los restos de Montenegro. “Además de una compañera, recuperamos el cuerpo de una referente, una militante destacada, una revolucionaria que luchaba por el socialismo, que luchaba por los más humildes, puso su compromiso hasta tal punto de dar su vida por una sociedad más justa. Lo que expresaba la Negra era la voluntad de construir una sociedad distinta en representación de los trabajadores y el pueblo argentino”.    rosario@indymedia.org

miércoles, 2 de julio de 2014

El Equipo de Antropología Forense identificó los restos de Gustavo Bruzzone

El ajedrez y la militancia

Fue secuestrado en Rosario el 19 de marzo del 77, asesinado cinco días después en un enfrentamiento fraguado y enterrado en el cementerio La Piedad. "Necesitábamos cerrar la historia. Se lo llevaron cuando era un pibe", dijo su hermano Rodolfo Bruzzone.

El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) identificó los restos de Gustavo Bruzzone, un joven secuestrado en Rosario el 19 de marzo de 1977, asesinado cinco días después en un enfrentamiento fraguado y enterrado en el cementerio La Piedad. Tenía 22 años, militaba en la Juventud Peronista y era un destacado ajedrecista que había representado a la provincia en varios torneos.

El EAAF comenzó a trabajar en el cementerio en 2011, en 120 tumbas que, se presumía, podrían corresponder a desaparecidos. La selección se hizo identificando primero las inhumaciones NN entre 1976 y 1983, para luego determinar cuáles fueron muertes violentas y, en algunos casos, la constancia en los registros de una intervención del Comando del II Cuerpo de Ejército o de la policía.

Tal como publica el portal Infojusnoticias con la firma de Nicolás Lovaisa, a partir de esa investigación el EAAF, a cargo de Miguel Nieva, comprobó que Bruzzone había sido trasladado a El Pozo, el centro clandestino de detención que funcionó en el ex Servicio de Informaciones de Rosario. Cinco días después de su detención lo sacaron de allí junto con otros dos detenidos. Los tres cayeron en un supuesto "enfrentamiento", que obviamente fue fraguado, en Córdoba al 5600.

El diario La Capital publicó el día después: "El comandante del Segundo Cuerpo de Ejército informa a la población que el día 24 de marzo con motivo de la persecución que efectúan las fuerzas legales contra las bandas de terroristas se produjeron los siguientes hechos: 1. Siendo las 3.30 en la calle Córdoba al 5600, de la ciudad de Rosario, fueron abatidos 3 delincuentes subversivos al estallar el artefacto explosivo que transportaban en el vehículo en que se trasladaban".

"Necesitábamos cerrar la historia. Yo lo llevo en mi corazón, pero es muy duro poder verlo sólo en una foto. Se lo llevaron cuando era un pibe. Tenía apenas 22 años. A mi hermano no lo dejaron vivir", afirmó Rodolfo Bruzzone. Junto con su madre Irma Godone recorrieron hospitales, comisarías, cuarteles, para saber qué había pasado con Gustavo. Durante un año viajaron a Rosario para entrevistarse con el teniente coronel Enrique González Roulet. "Un día no aguanté más sus mentiras y le dije que si quería una novela me compraba un buen libro. Me echó y me dijo que no volviera más, era mayo de 1978", recordó Chocha, que fue una de las primeras Madres de Santa Fe. "Ahora ya puedo partir tranquila. Sé donde está y va a descansar junto a sus compañeros", agregó.

En el verano del 72, Bruzzone comenzó a militar en la Juventud Peronista. Visitaba los barrios más humildes de la ciudad, se comprometió para darle una mano a los vecinos de Alto Verde en la inundación de 1973 y se involucró en la campaña para la vuelta de Juan Domingo Perón. Se inscribió en la Facultad de Ingeniería Química. "Rindió ocho materias espaciadas, porque la militancia le llevaba mucho tiempo, a pesar de mis protestas. Un día me dijo que abandonaba la facultad porque quería pelear por lo que creía, y que si dejaba su vida en el camino se sentiría feliz", recordó Irma.

Con su hermano Rodolfo fue más claro: "Esto lo hago por mi ahijado (Víctor Rodolfo, en homenaje al ex futbolista de Unión, Marchetti). Y si dejo los huevos en el camino va a ser por él".

El Ministerio de Educación lo designó como profesor de ajedrez en la escuela General José de San Martín, donde había cursado la primaria. Luego ingresó por concurso al Centro de Cómputos de la provincia. En 1974 se casó con su novia de toda la vida, Carmen Liliana Nahs. Se mudaron a Rosario, donde trabajó en el puerto, en un taller, lavó piezas, pintó paredes. Junto a su esposa se mudaron de pensión en pensión hasta que lograron alquilar una casa en Rioja 5349. El 19 de marzo de 1977 fue a buscar el auto de un amigo al taller. En ese vehículo iba a volver a Santa Fe para festejar el cumpleaños de su madre al día siguiente. Pero nunca llegó. Su esposa fue secuestrada el 8 de agosto de 1977 y continúa desaparecida. De Liliana se sabe que pasó por la Quinta de Funes.

Una placa robada

"Soñé con él. Hacía mucho tiempo que no me pasaba. Soñé que lo encontraba, que hablaba con él. Hace mucho tiempo entendí que no voy a volver a verlo, pero necesito saber qué le pasó. Creo que volver a soñar con él es como una señal". La frase de su madre Irma Godone fue meses atrás. Igual la familia espera la concreción de otro sueño: desde el 25 de julio de 2009, a través de una propuesta de la vecinal del barrio María Selva aprobada por el Concejo Municipal de Santa Fe, una plazoleta de la ciudad lleva el nombre de Gustavo Bruzzone. Está ubicada en la intersección de las calles Ruperto Godoy y Rivadavia, a cien metros de la avenida Aristóbulo del Valle. Allí se colocó una placa con su nombre y las autoridades municipales (en aquel momento el intendente era Mario Barletta) se comprometieron a colocar tableros de ajedrez, como una manera de recordarlo, y también de promover el juego. Nada de eso ocurrió. La placa fue robada el año pasado y no se colocó una nueva.