Marcha por Silvia Suppo ¡Esclarecimiento y Justicia!

sábado, 28 de noviembre de 2009

Recorrido de un represor por los centros clandestinos de detención


Todas las habitaciones del pánico
Acompañado por jueces y policías el ex represor dió detalles de fusilamientos y matanzas en la Escuela Magnasco, la Quinta de Funes, La Intermedia y La Calamita. Un recorrido siniestro pero necesario en el mapa de la represión.

Por José Maggi

En el marco de los juicios por terrorismo de Estado que se siguen en Rosario, el recorrido del ex represor Eduardo Costanzo comenzó en la Escuela Magnasco donde le pidieron que identificara dónde estaban alojados los detenidos. "Era en un entrepiso entrando por calle Ovidio Lagos, por el portón del taller (aunque el martes lo hicieron por una puerta que da por Zeballos). El entrepiso era el primero, al que se accedía por una escalera que estaba igual". Costanzo aseguro que sólo estuvo en dos oportunidades en el lugar: Cuando los llevaron y cuando los trasladaron. Según relató, "no se les permitía usar el baño a los detenidos que utilizaban un tarro".
Luego fue el turno de la Quinta de Funes, que lucía en esta oportunidad el cartel que la identificaba como Casco La Argentina, retirado en los últimos tiempos por la familia del oftalmólogo Ferroni que adquirió la propiedad. Parado en el césped, contestó afirmativamente cuando se lo consultó sobre "si la piscina estaba en el año 78", y aclaró que "la construcción nueva era una especie de asador con una habitación, al costado de la pileta".

Desde ahí caminó por el costado del chalet, hacia la parte posterior que todavía "esta tal como estaba cuando estaba allí alojados todos los detenidos". En el interior de ese chalet, Costanzo ingresó por la cocina, y desde allí al living donde explicó que había una mesa donde Guerrieri estaba desayunando la mañana que hablaron desde México. Parado al lado del ingreso a los dormitorios, donde estaba la mesa del teléfono Costanzo recordó una anécdota conocida. "Atendí porque pensé que era Fariña y quería saludarlo, pero era un periodista del diario Uno más uno de México, y creyendo que era una joda, le contesté que uno más uno era dos. El periodista dijo entonces que nosotros teníamos secuestrada a María la esposa de Tulio Valenzuela y su hijo. Entonces le pasé el teléfono a Guerrieri, que le contestó que estaba equivocado y que estaba hablando con una casa de familia, y le colgó".

El tercer centro de detención inspeccionado fue sin dudas el más importante: La Intermedia, la casa quinta de la familia Amelong. Costanzo aseguró que nunca había regresado a la propiedad desde aquella sangrienta noche cuando asesinaron a los 14 detenidos que llevaron desde la escuela Magnasco y antes desde Funes.
El testigo ingresó al chalet que compartían detenidos y la Patota, distribuídos en dos guardias distintas, a los que se sumaban seis gendarmes siempre de civil por la cocina. Luego ingresaron al comedor donde "al lado de una ventana había una cama donde relató que dormía dos o tres horas cuando le tocaba su guardia, de las 10 de la noche a las 2 de la mañana. Señaló tambié que había una mesa donde la guardia y los detenidos a veces jugaban a la batalla naval. Allí sentaban Armando Pelliza, Juan Carlos Bossi, los dos Isach , Rodolfo y Carlos".
Luego relató el asado que hiceran el último día. "Lo hcieron entre los dos custodios y los gendarmes que estaban ese día, festajeando porque le habían dicho que María, la cocinera (Reyna Lloveras) se iba en libertad. A la noche fuimos todos los restantes integrantes de la Patota relató Costanzo desarmados. Además nos hicieron dejar los autos a un kilómetro. Al Barba Cabrera, Fariña le encargó comprar una torta, y la llevó para festejar que se iba María".

Según relató, esa noche hubo una mesa extensa, en un extremo de la cual "estaban sentados los montoneros, y en la otra nosotros. Cuando se terminó el festejo se arrimó por la ventana del comedor Guerrieri, con el FAL en la espalda, y les dijo que fueran hacia la otra casita, porque estaba el general Jáuregui que queria hablar uno por uno con los detenidos. Y les recomendó que no le hablaran de Perón porque lo había mandado en cana. Por supuesto que era mentira", aclaró Costanzo.

Luego contó cómo trajeron unas botellas de whisky "preparado en Campo de Mayo". La primera que tomó "fue María, que empezó a llorar, y se cayó al piso. Entonces la levantaron entre Amelong y dos más, y la llevaron al dormitorio". Los jueces le preguntaron entonces qué había pasado con María y Costanzo dijo "no haber visto qué le hicieron, pero seguro que la estrangularon" contestó. "Yo no vi que la mataran, pero no caben dudas".
Según Costanzo en ese momento el resto de los detenidos se dio cuenta de la trampa. "Los vi a Toniolli y a Novillo correr el vaso con sus manos hacia el centro de la mesa en señal de que no lo iban a tomar. Y ninguno de los otros tomó el whisky, todos se avivaron", describió.

También contó cómo los llevaron uno a uno a La Casita que es donde hoy duermen los caseros, y cómo "Rodolfo Isach, alias Agustin mataba de dos tiros en el corazón a los detenidos con una ametralladora Ingram con silenciador", en la misma habitación donde hoy duermen dos hijos de los caseros.

Finalmente en La Calamita Costanzo describió las tres matanzas ocurridas en 1977: "En la primera fueron 17 los que mataron en un galpón precario al que rodearon un lona blanca, como bolsa. La segunda matanza, es pocas semanas después y entre los muertos se contaba un policía de apellido Ocampo, alias Ati". La tercer masacre sumó "27 muertos, que son los que se llevaron la casa de Monje, entre los que estaba la cieguita de calle Santiago", dijo en referencia a la mujer del matrimonio de Vega Ravelo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario