Vivir para contar los días de horror
Olga Moyano, Ramón Verón y Juan Rivero -tres sobrevivientes del centro de detención- mostraron a los jueces los distintos lugares donde estuvieron alojados; la sala de torturas y el patio donde se produjeron los simulacros de fusilamiento.
Los miembros del Tribunal Oral Federal Nº 1 de Rosario se trasladaron ayer hacia el predio de la ex Fábrica Militar de Armas Domingo Matheu de avenida Francia al 5000, donde funcionara un centro clandestino de detención durante la dictadura. En el lugar tres sobrevivientes de aquel campo de concentración mostraron a los jueces en qué condiciones estuvieron secuestrados. Olga Moyano, Ramón Verón y Juan Rivero ingresaron alrededor de las 11.30 al predio de la ex Fábrica, donde hoy funciona la Jefatura de Policía de Rosario. Los tres sobrevivientes de aquel horror, estuvieron acompañados por los jueces, la fiscalía, los abogados defensores de los represores y de las querellas, así como varios testigos de la causa Guerrieri-Amelong.
En una jornada con alta temperatura, los sobrevivientes mostraron a los jueces los distintos lugares donde estuvieron alojados, la sala donde los torturaron, el baño donde eran conducidos, el patio donde se produjeron los simulacros de fusilamiento. Señalaron también las modificaciones del lugar, como paredes que no estaban, techos que eran mas altos o pisos que eran diferentes.
Verón indicó la habitación en la que se despidió de Hilda Cardozo, quien era su compañera y que está desaparecida desde aquellos días. "Aún hoy con las sandalias puedo sentir el piso donde nos abrazamos por última vez", expresó Verón conmovido.
Hace algunos días dos testigos relataron ante la justicia federal el martirio que debió soportar Cardozo: los sobrevivientes del centro clandestino cordobés La Perla, declararon en la causa Guerrieri-Amelong, y relataron haber compartido su cautivero allí con Hilda, donde llegó con signos de haber sido torturada. Ambos testigos remarcaron que "nunca habían visto una persona en tan mal estado, su cuerpo todo llagado: tenía sus pechos quemados con cigarrillos y hasta tenía heridas de puntazos en su vientre", dijo Carmen Perez Sosa.
Los testigos relataron "que se evidenciaba en el cuerpo de Hilda por las lastimaduras que tenía un ensañamiento pocas veces visto". Además, Pérez Sosa declaró que "Hilda pudo decirles que los métodos de tortura que aplicaron en ella estando en Fábrica Militar no fueron tan aberrantes como en La Perla".
Por su parte, la testigo Olga Moyano, -que vestía una remera con los rostros estampados de Hilda Cardozo, Susana Miranda y Ariel Morandi, tres desaparecidos de ese centro- también le confirmó al TOF1 que ese era el mismo suelo que ella recordaba de sus días de encierro. Además reconoció la habitación donde la llevaron a colocarle una inyección a Ariel Morandi otro de los secuestrados en Fábrica, también desaparecido , tal como lo relatara en su testimonio brindado semanas atrás en las sede del tribunal.
Luego fue el turno de Juan Rivero, concejal y querellante, quien luego de ser asistido por un problema de presión, explicó cómo se orientaba en el lugar y porque pudo reconocerlo fácilmente, ya que "vivía a pocas cuadras de la fábrica".
Los jueces, la fiscal y abogados de la querella efectuaron distintas preguntas que fueron respondidas con precisión por los sobrevivientes. La recorrida finalizó cerca de las 12.30.
Más temprano fue el turno de Amelong quien llegó acompañado por su defensor Galarza Azzoni. El represor había solicitado la medida "para garantizar su derecho a la defensa".
No hay comentarios:
Publicar un comentario