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domingo, 26 de febrero de 2012

Morales: El represor que apretaba a las presas adolescentes

 Tres militantes peronistas acusan a Teniente Domingo Morales,como integrante dek Destacamento de inteligencia 122

Anatilde Bugna, Cecilia Mazzetti y la asesinada Silvia Suppo ubicaron al militar como jefe de operativos de secuestro, y torturador. A Mazzetti, que tenía 17 años y estaba embarazada, la amenazaba con que se iba a "pudrir" en la cárcel.

 Por Juan Carlos Tizziani

Desde Santa Fe

Tres militantes peronistas son las que acusan al represor de la dictadura que esta semana volvió a la cárcel de Las Flores, Domingo Morales, un teniente coronel que operó en el Destacamento de Inteligencia Militar 122 de Santa Fe. Anatilde Bugna lo identificó como uno de los jefes del operativo que la secuestró en su casa, el 23 de marzo de 1977, y a quien luego escuchó en las sesiones de torturas en un centro clandestino al que llamaban "La Casita", en Santo Tomé, y en interrogatorios en la Guardia de Infantería Reforzada (GIR). Cecilia Mazzetti lo señaló como uno de sus torturadores en la comisaría 4ª y luego en la GIR, donde la interrogaba en la oficina del jefe del centro de detención, Juan Calixto Perizzotti y hasta llegó a amenazarla en el patio. Y Silvia Suppo fue testigo de esas amenazas de Morales a Mazzetti, según relató en el juicio al ex juez Víctor Brusa y a otros represores santafesinos, en octubre de 2009, cinco meses antes de ser asesinada en Rafaela. En los tiempos del martirio, en 1977, Mazzetti tenía 17 años y esperaba un bebé y Suppo, 18 años.

Morales quedó detenido el jueves en los Tribunales Federales, tras participar en una rueda de reconocimiento de personas ﷓-donde Mazzetti lo señaló sin titubeos-﷓ y ser indagado por el juez federal Reinaldo Rodríguez. Ya había estado preso cuatro meses, a principios de 2010, por asociación ilícita, 16 homicidios y supresión de identidad de la hija de desaparecidos, pero zafó cuando la Cámara Federal de Rosario anuló el procesamiento, en diciembre de 2010. Uno de los crímenes que el magistrado imputó a Morales es el asesinato del esposo de Mazzetti, Roberto Daniel Suárez, desaparecido el 1º de agosto de 1977, cuando cumplía el servicio militar en el Batallón de Ingenieros Anfibios 601, en Santo Tomé.

Las tres denunciantes coinciden en que Morales operaba en el circuito represivo de la dictadura y una de ellas dijo haberlo escuchado en "La Casita". "Estoy convencida de que era el encargado del chupadero", afirmó Bugna, cuando declaró en la causa el 4 de abril de 2011 (ver aparte). Los juicios de lesa humanidad en Santa Fe ya probaron que los grupos de tareas que operaban en los centros clandestinos estaban bajo el mando del jefe del Destacamento de Inteligencia Militar 122, coronel Domingo Manuel Marcellini, ya fallecido.

Mazzetti denunció a Morales en el juicio a Brusa, Perizzotti y a otros represores, en setiembre de 2009. Lo señaló como uno de sus torturadores en la comisaría 4ª y dijo que luego lo volvió a ver en la GIR. "En diciembre de 1977, se llevan a casi todas las mujeres menores de edad que estábamos allí. Yo quedo un año más, con dos chicas de Rafaela, Silvia Suppo y Graciela Rabellino", recordó.

"Durante ese año (1978) me bajaron varias veces a la oficina de Perizotti, donde me encontraba con esta gente que me había interrogado en la comisaría 4ª y me seguía amenazando. Me decían que si no les decía lo que ellos querían saber no me iba a ir más de ahí. Mi compañero estaba desaparecido", desde el 1º de agosto de 1977.

"Perizzotti estuvo varias veces al costado del escritorio donde me interrogaban. Y un día, cuando salíamos al recreo vino uno de ellos y me dijo: 'Yo soy el capitán Morales'. Parecía disfrazado, porque usaba ropa vieja. 'Soy de inteligencia del Ejército. Vos nunca me dijiste lo que yo quiero saber, así que te vas a pudrir acá', me dijo. Eso lo hacia cada tanto, cada quince días", agregó Mazzetti.

En el juicio, Cecilia señaló sobre un plano de la GIR el despacho de Perizzotti y la ubicación de los muebles. "Había dos escritorios. En uno de ellos estaba el capitán Morales y otras dos personas que me interrogaban. A veces, también estaba (María Eva) Aebi, que era la secretaria de Perizzotti", recordó. "Algunas de las veces que me bajaron a la oficina de Perizotti, también me interrogaba él. Me decía que era encargado de evaluar mi posible reinserción en la sociedad".

Cecilia salió en libertad el 24 de diciembre de 1978. Y al mes, vuelve a sufrir otra amenaza. "Llegó a buscarme un grupo de hombres para deportarme a Chile. Mis padres les muestran mis documentos, que soy argentina. Pero les dicen que tengo que presentarme en San Martín y Obispo Gelabert (donde funcionaba el D﷓2, el servicio de Inteligencia de la Policía santafesina). Por supuesto que no voy", le comentó al Tribunal Oral. Sin embargo, como vivía cerca del D﷓2, pasó por el lugar "cuando salían el capitán Morales y (Nicolás) Correa. Y me dicen: 'Hola, Cecilia'. Nunca más los volví a ver".

Silvia Suppo fue testigo de la persecución y las amenazas de Morales a Mazzetti. Y lo dijo el 5 de octubre de 2009, cuando declaró ante el Tribunal Oral que juzgó a Brusa y Perizzotti. Un testimonio espeluznante sobre su martirio en el circuito represivo de Santa Fe, donde sufrió violaciones y un aborto. Una de las abogadas de la querella, Lucrecia Fascendini, le preguntó sobre su detención en la GIR, junto con otras menores, entre ellas Mazzetti, Patricia Isassa y Milagros Almirón. "Nos dejaban salir a un patio en el que había un aljibe, primero todas juntas y luego las tres que quedamos: Cecilia Mazzetti, Graciela Ravellino y yo, porque las demás fueron llevadas a Devoto", dijo.

-¿Vio al capitán Domingo Morales? --quiso saber la abogada.

-Sí, en el patio. Siempre que la veía a Cecilia, iba a presionarla. Le decía: "Vos no me dijiste una cosa que yo quiero saber, así que te vas a pudrir acá dentro. Ellas dos van a salir y vos no" --contestó Silvia.

-¿Y usted, cuándo recupera su libertad?

-En diciembre de 1978 --concluyó.

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