Un ex teniente coronel fue identificado por una de sus víctimas
Morales volvió a la cárcel
La justicia volvió a detener a un militar de alto rango que operó en centros clandestinos de Santa Fe. Estuvo preso cuatro meses a principios de 2010 y después zafó porque la Cámara de Rosario anuló el procesamiento.
Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe
Un oficial de inteligencia del Ejército que estuvo preso apenas cuatro meses por crímenes de lesa humanidad en Santa Fe y zafó cuando la Cámara Federal de Rosario anuló su procesamiento por 16 homicidios, asociación ilícita y supresión de identidad de la hija de desaparecidos, volvió ayer a la cárcel de Las Flores tras ser identificado por una de sus víctimas e indagado por el juez federal Reinaldo Rodríguez. El teniente coronel Domingo Morales, que operó en el Destacamento de Inteligencia Militar 122, quedó detenido luego de participar en una rueda de reconocimiento de personas, en los Tribunales Federales, donde María Cecilia Mazzetti, lo señaló como uno de sus torturadores cuando fue secuestrada por la dictadura, tenía 17 años y esperaba un bebé. Morales ya había sido denunciado en sede judicial por Mazzetti y dos de sus compañeras de tormentos, Anatilde Bugna y Silvia Suppo, antes de que esta última fuera asesinada en Rafaela, en marzo de 2010. Ahora, el juez Rodríguez tendrá diez días para analizar la situación del acusado y resolver si lo procesa "o no" por las torturas a Mazzetti y los otros 16 casos que le imputó en noviembre de 2009 y que la Cámara anuló un año después, en diciembre de 2010.
"La cara se le transformó cuando el juez le dijo que quedaba detenido", dijo una fuente judicial que participó en la rueda de reconocimiento, y luego, en la indagatoria. Morales es uno de los pocos militares imputados en una causa acumulada en 2009, en la que también está procesado uno de sus jefes, el teniente coronel Roberto Jorge Diab, quien era el segundo en el Destacamento de Inteligencia Militar 122 y hoy goza de la prisión domiciliaria.
El caso de Morales es emblemático por el intríngulis judicial. El 3 de noviembre de 2009, el juez Rodríguez lo procesó por "asociación ilícita", 16 "homicidios" y "supresión de identidad, sustracción y ocultación" de la hija de un matrimonio desaparecido, Paula Cortassa (María Carolina Guallane). Estuvo preso apenas cuatro meses porque el 23 de marzo de 2010, en vísperas de otro aniversario del golpe de 1976, la Cámara Nacional de Casación Penal ordenó excarcelarlo por su "buena conducta", la falta de "antecedentes penales" y la "inexistencia de constancias" que indiquen el deseo de fugarse. Morales salió del pabellón de represores de la cárcel de Las Flores el 7 de abril.
El Ministerio Público apeló el fallo de Casación y logró darlo vuelta. El 28 de diciembre de 2010, la Corte Suprema de Justicia de la Nación revocó la excarcelación de Morales en un fallo que sentó jurisprudencia con otros represores que estaban en libertad por resoluciones similares.
Morales era "capitán del Destacamento de Inteligencia 122 de Santa Fe, asiento de una de las estructuras de represión que integraron la organización criminal formada al amparo de la última dictadura" y por lo tanto, "tenía poder de decisión sobre los operativos represivos" que se realizaban en Santa Fe y "el destino final de las víctimas", señaló la Corte. "No es cualquier imputado", sino alguien "entrenado y capacitado para operar en la clandestinidad sin ser identificado y eliminar toda prueba que pueda incriminarlo a él o a sus camaradas, y que, además, todavía podría conservar un ascendiente sobre esas estructuras que habrían actuado bajo sus órdenes y que, como es notorio, han dado sobradas pruebas de poder aun después de restablecida la democracia", agregó.
Sin embargo, dos días después de la sentencia de la Corte, el 30 de diciembre de 2010, la Cámara Federal de Rosario anuló el procesamiento de Morales dispuesto por el juez Rodríguez en noviembre de 2009. El argumento de la Cámara fue el mismo que esgrimió la defensa, que Morales era un oficial de bajo rango "El grado de 'capitán' que desempeñaba (el imputado) al momento de los hechos no alcanza la franja de 'oficial superior', y por tanto no puede responder como autor mediato por los mismos", dice la resolución.
La Cámara Federal de Rosario le pidió también al juez Rodríguez que someta a Morales a "una rueda de reconocimiento" para acreditar o descartar "su participación en los interrogatorios y torturas de los que resultó víctima María Cecilia Mazzetti -viuda de Roberto Daniel Suárez-, quien "señaló al 'capitán Morales' como uno de los responsables de los mismos".
Otra andanada de recursos de la defensa demoró la rueda de reconocimiento y la indagatoria de Morales hasta ayer, cuando Mazzetti lo identificó como uno de sus interrogadores. Ella fue torturada en la comisaría 4ª y en la Guardia de Infantería Reforzada (GIR), donde un día la llevaron al despacho del comisario Juan Calixto Perizzotti -quien operaba como el alcaide del centro de detención- y allí pudo reconocer a dos militares de Inteligencia. Uno de ellos era Morales.
Morales volvió a la cárcel
La justicia volvió a detener a un militar de alto rango que operó en centros clandestinos de Santa Fe. Estuvo preso cuatro meses a principios de 2010 y después zafó porque la Cámara de Rosario anuló el procesamiento.
Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe
Un oficial de inteligencia del Ejército que estuvo preso apenas cuatro meses por crímenes de lesa humanidad en Santa Fe y zafó cuando la Cámara Federal de Rosario anuló su procesamiento por 16 homicidios, asociación ilícita y supresión de identidad de la hija de desaparecidos, volvió ayer a la cárcel de Las Flores tras ser identificado por una de sus víctimas e indagado por el juez federal Reinaldo Rodríguez. El teniente coronel Domingo Morales, que operó en el Destacamento de Inteligencia Militar 122, quedó detenido luego de participar en una rueda de reconocimiento de personas, en los Tribunales Federales, donde María Cecilia Mazzetti, lo señaló como uno de sus torturadores cuando fue secuestrada por la dictadura, tenía 17 años y esperaba un bebé. Morales ya había sido denunciado en sede judicial por Mazzetti y dos de sus compañeras de tormentos, Anatilde Bugna y Silvia Suppo, antes de que esta última fuera asesinada en Rafaela, en marzo de 2010. Ahora, el juez Rodríguez tendrá diez días para analizar la situación del acusado y resolver si lo procesa "o no" por las torturas a Mazzetti y los otros 16 casos que le imputó en noviembre de 2009 y que la Cámara anuló un año después, en diciembre de 2010.
"La cara se le transformó cuando el juez le dijo que quedaba detenido", dijo una fuente judicial que participó en la rueda de reconocimiento, y luego, en la indagatoria. Morales es uno de los pocos militares imputados en una causa acumulada en 2009, en la que también está procesado uno de sus jefes, el teniente coronel Roberto Jorge Diab, quien era el segundo en el Destacamento de Inteligencia Militar 122 y hoy goza de la prisión domiciliaria.
El caso de Morales es emblemático por el intríngulis judicial. El 3 de noviembre de 2009, el juez Rodríguez lo procesó por "asociación ilícita", 16 "homicidios" y "supresión de identidad, sustracción y ocultación" de la hija de un matrimonio desaparecido, Paula Cortassa (María Carolina Guallane). Estuvo preso apenas cuatro meses porque el 23 de marzo de 2010, en vísperas de otro aniversario del golpe de 1976, la Cámara Nacional de Casación Penal ordenó excarcelarlo por su "buena conducta", la falta de "antecedentes penales" y la "inexistencia de constancias" que indiquen el deseo de fugarse. Morales salió del pabellón de represores de la cárcel de Las Flores el 7 de abril.
El Ministerio Público apeló el fallo de Casación y logró darlo vuelta. El 28 de diciembre de 2010, la Corte Suprema de Justicia de la Nación revocó la excarcelación de Morales en un fallo que sentó jurisprudencia con otros represores que estaban en libertad por resoluciones similares.
Morales era "capitán del Destacamento de Inteligencia 122 de Santa Fe, asiento de una de las estructuras de represión que integraron la organización criminal formada al amparo de la última dictadura" y por lo tanto, "tenía poder de decisión sobre los operativos represivos" que se realizaban en Santa Fe y "el destino final de las víctimas", señaló la Corte. "No es cualquier imputado", sino alguien "entrenado y capacitado para operar en la clandestinidad sin ser identificado y eliminar toda prueba que pueda incriminarlo a él o a sus camaradas, y que, además, todavía podría conservar un ascendiente sobre esas estructuras que habrían actuado bajo sus órdenes y que, como es notorio, han dado sobradas pruebas de poder aun después de restablecida la democracia", agregó.
Sin embargo, dos días después de la sentencia de la Corte, el 30 de diciembre de 2010, la Cámara Federal de Rosario anuló el procesamiento de Morales dispuesto por el juez Rodríguez en noviembre de 2009. El argumento de la Cámara fue el mismo que esgrimió la defensa, que Morales era un oficial de bajo rango "El grado de 'capitán' que desempeñaba (el imputado) al momento de los hechos no alcanza la franja de 'oficial superior', y por tanto no puede responder como autor mediato por los mismos", dice la resolución.
La Cámara Federal de Rosario le pidió también al juez Rodríguez que someta a Morales a "una rueda de reconocimiento" para acreditar o descartar "su participación en los interrogatorios y torturas de los que resultó víctima María Cecilia Mazzetti -viuda de Roberto Daniel Suárez-, quien "señaló al 'capitán Morales' como uno de los responsables de los mismos".
Otra andanada de recursos de la defensa demoró la rueda de reconocimiento y la indagatoria de Morales hasta ayer, cuando Mazzetti lo identificó como uno de sus interrogadores. Ella fue torturada en la comisaría 4ª y en la Guardia de Infantería Reforzada (GIR), donde un día la llevaron al despacho del comisario Juan Calixto Perizzotti -quien operaba como el alcaide del centro de detención- y allí pudo reconocer a dos militares de Inteligencia. Uno de ellos era Morales.
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