Por Luis Bastús. Desde Rosario
“Esperábamos estos procesamientos aunque tardaron demasiado tiempo. Y lo que nos sorprendió es que con las mismas pruebas el juez no encontró elementos para procesar a (Víctor Hugo) Rodríguez y a (Edgardo) Andrada”, planteó la abogada querellante Ana Oberlin y anticipó que apelará en segunda instancia la falta de mérito. La abogada ratificó sus reparos hacia el desempeño del juez Carlos Villafuerte Ruzo, porque “procesó a los que de alguna manera ya están condenados o seriamente involucrados en otras causas, pero despegó a los que todavía detentan alguna forma de poder por su función, por sus vinculaciones”.
“Nos alegra en lo que refiere a los que han sido procesados, porque esta causa nos dio mucho trabajo. Cuando logramos reabrirla, Patti estaba a punto de asumir como diputado y era poderoso. Es notable que Villafuerte Ruzo decidió indagar a Patti recién luego de que lo condenaran por la causa Gonçalvez”, dijo en alusión a la sentencia de abril de 2011 por la Masacre de la Calle Juan B. Justo, en San Nicolás.
Osvaldo Agustín Cambiaso y Eduardo Daniel Pereyra Rossi estaban en el bar Magnum el 14 de mayo de 1983, cuando a las 10.30 irrumpieron hombres armados que se los llevaron a la vista de muchos testigos en un operativo relámpago del que participaron entre cinco y diez personas. Fueron interrogados bajo tortura –se ha mencionado el centro clandestino que funcionaba en la Escuela Magnasco, de Lagos y Zeballos, y también al costado de bulevar Oroño contra el obrador de Circunvalación, adentro de un furgón– y a las cinco de la tarde sus cuerpos aparecieron fusilados y con signos de tortura previa en un camino rural de la localidad bonaerense de Lima, a dos kilómetros de la Ruta 9. El represor Eduardo “Tucu” Costanzo reveló a la edición de Rosario de Página/12 en 2008 que el secuestro de los militantes en el bar corrió por cuenta de Guerrieri y Rodríguez e involucró en la patota rosarina a todos los que han sido procesados, incluso al Gato Andrada también
“Esperábamos estos procesamientos aunque tardaron demasiado tiempo. Y lo que nos sorprendió es que con las mismas pruebas el juez no encontró elementos para procesar a (Víctor Hugo) Rodríguez y a (Edgardo) Andrada”, planteó la abogada querellante Ana Oberlin y anticipó que apelará en segunda instancia la falta de mérito. La abogada ratificó sus reparos hacia el desempeño del juez Carlos Villafuerte Ruzo, porque “procesó a los que de alguna manera ya están condenados o seriamente involucrados en otras causas, pero despegó a los que todavía detentan alguna forma de poder por su función, por sus vinculaciones”.
“Nos alegra en lo que refiere a los que han sido procesados, porque esta causa nos dio mucho trabajo. Cuando logramos reabrirla, Patti estaba a punto de asumir como diputado y era poderoso. Es notable que Villafuerte Ruzo decidió indagar a Patti recién luego de que lo condenaran por la causa Gonçalvez”, dijo en alusión a la sentencia de abril de 2011 por la Masacre de la Calle Juan B. Justo, en San Nicolás.
Osvaldo Agustín Cambiaso y Eduardo Daniel Pereyra Rossi estaban en el bar Magnum el 14 de mayo de 1983, cuando a las 10.30 irrumpieron hombres armados que se los llevaron a la vista de muchos testigos en un operativo relámpago del que participaron entre cinco y diez personas. Fueron interrogados bajo tortura –se ha mencionado el centro clandestino que funcionaba en la Escuela Magnasco, de Lagos y Zeballos, y también al costado de bulevar Oroño contra el obrador de Circunvalación, adentro de un furgón– y a las cinco de la tarde sus cuerpos aparecieron fusilados y con signos de tortura previa en un camino rural de la localidad bonaerense de Lima, a dos kilómetros de la Ruta 9. El represor Eduardo “Tucu” Costanzo reveló a la edición de Rosario de Página/12 en 2008 que el secuestro de los militantes en el bar corrió por cuenta de Guerrieri y Rodríguez e involucró en la patota rosarina a todos los que han sido procesados, incluso al Gato Andrada también
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