El histórico dirigente gremial estaba preso y se enteró muchos meses después del secuestro de su hermano. En tanto, Gabarra llevó la única foto de Pedro, su cuñado, que rescataron para incorporar a la causa: "Tuvo existencia, vivió".
Por Sonia Tessa
Pedro Paulón tenía 38 años. Esperaba que liberaran pronto a su hermano, Victorio, que había sido encarcelado el 1º de mayo de 1975, durante la represión a la huelga de 60 días que realizaron los obreros metalúrgicos de Villa Constitución. El 19 de julio de 1976, en la casa de Pedro, en Sánchez de Bustamante 845, vivía también Ruth González -militante del Ejército Revolucionario del Pueblo- con sus dos hijas pequeñas, Mariana y Josefina. Esa madrugada, personal de civil irrumpió en la vivienda y se llevó a los cuatro. Logró escaparse Inés, prima de Pedro, que también vivía ahí. "Pedro fue mi cuñado, hermano de mi marido. Tiene existencia, la tuvo, vivió. Lo secuestraron y lo mataron", dijo ayer Mabel Gabarra en la audiencia por la causa Díaz Bessone. "No teníamos ni siquiera una foto de él, porque en esa época no nos sacábamos fotos. Pudimos encontrar una, del casamiento de un compañero. Y nos permitió decir que por fin está apareciendo, como uno de los 30 mil. Hay una gran deuda de la justicia en este país. Recién ahora, 30 años después, podemos estar frente a un tribunal diciendo que existieron", agregó la testigo, histórica militante feminista de Rosario desde que volvió del exilio. Pidió que esa única foto de Pedro Paulón se incorporara a la causa.
Victorio Paulón, dirigente de la CTA y durante años secretario general de la UOM de Villa Constitución, también dio testimonio frente al Tribunal, contó lo poco que pudo reconstruir del destino de su hermano y dio una lección de historia gremial de la región. "Los que están sentados acá atrás son los mercenarios al servicio de un proyecto político. El empresariado tenía de ilusión de fábricas sin comisiones internas ni delegados, sin reclamos salariales", dijo ayer Paulón.
La última vez que vio a su hermano fue en agosto de 1975. Pedro fue a visitarlo al penal de Coronda. Pensaba que Victorio saldría pronto. "Estuve seis años y medio detenido sin verle la cara un juez", dijo ayer el testigo. Su hermano le contó, en aquella última visita, de sus contactos con el ERP. En octubre de ese año, a Victorio y otros 30 detenidos los trasladaron al penal de Devoto, donde recibieron feroces palizas. El Ejército se había hecho cargo de los presos políticos. Las condiciones de detención se endurecieron, les prohibieron las visitas. Por eso, hasta diciembre de 1976 no supo que su hermano estaba desaparecido.
En agosto de 1980 a Victorio le dieron la libertad condicional, y fue al exilio a reencontrarse con su esposa, Mabel. Recién en 1984, al volver al país, pudo tener algunos datos de su hermano. Dos sobrevivientes, Eduardo Azum y Roberto Hyon, lo vieron en un centro clandestino de detención. Hyon cree que fue en la Calamita, en Granadero Baigorria, pero Azum calculó que no era así, por la distancia que recorrieron los secuestradores hasta el lugar. "Lo torturaron salvajemente", dijo Victorio. A Pedro le preguntaban por Hyon. "El me dijo que si estaba vivo era porque mi hermano nunca se hizo cargo de conocerlo", relató Victorio.
Mientras su marido estaba preso y su cuñado había desaparecido, Mabel estaba aterrorizada. La noche del secuestro de su cuñado, Mabel había dejado a su hija Alejandra en esa casa a pedido de Inés Paulón. A las 6 de la mañana la despertó un tío, y le contó lo ocurrido. "En ese momento me desesperé por encontrar a Alejandra y por avisarle a la familia. De Pedro no se sabía nada. Todas las personas entonces estaban tratando de salvar su vida. Era un clima de terror, cada vez que sonaba una sirena teníamos miedo de que nos vinieran a buscar", recordó Mabel, que el 4 de agosto de 1976 se fue a Uruguay, y empezó el exilio que continuó en Francia, donde participó en las denuncias internacionales sobre el terrorismo de estado. "A mí el exilio me costó tres años de estar lejos de mis hijos, eso es irrecuperable", dijo Gabarra. A la vuelta del exilio, Gabarra inició el trámite por la desaparición forzada de Pedro. A pedido del fiscal Gonzalo Stara, Victorio Paulón trazó ayer un panorama de la represión en el cordón industrial del Gran Rosario. Contó que en 1975 trabajaba en Vilber, en Villa Constitución. Trazó las diferencias entre el sindicalismo combativo, aglutinado en la CGT de los Argentinos durante la dictadura de Onganía y el colaboracionista. Relató el contexto y la historia del Villazo, la movilización popular para obtener las elecciones libres en el sindicato, que finalmente se produjeron en noviembre de 1974. Ganó la oposición a la conducción nacional de Lorenzo Miguel, y comenzó la hostilidad. El 20 de marzo de 1975, las fuerzas de seguridad irrumpieron en la ciudad y se llevaron 120 obreros detenidos. Entonces, los obreros eligieron 2 representantes por fábrica, para formar un comité de lucha. Victorio fue elegido por Vilber. Comenzaron una huelga para pedir el cese de la intervención, y 40 días después del inicio de la medida de fuerza, fue encarcelado. El dirigente sindical contó también que a partir de marzo de 1975, en un sector de Acindar llamado Albergue de Solteros, porque allí vivían los jefes que no tenían familia, se instaló un destacamento de la Policía Federal. Después del golpe militar de 1976, funcionó un centro clandestino de detención. "En Acindar se ve claramente la vinculación entre la etapa previa del golpe y la estrategia de anquilamiento de la organización sindical que se produjo en todo el cordón", afirmó el testigo. Cuando salieron a la vereda de Oroño al 900, Mabel y Victorio recibieron el cálido aplauso y los abrazos del público. Allí estaba Josefina González, la beba de 5 meses secuestrada con su madre, Ruth y Pedro Paulón.
Por Sonia Tessa
Pedro Paulón tenía 38 años. Esperaba que liberaran pronto a su hermano, Victorio, que había sido encarcelado el 1º de mayo de 1975, durante la represión a la huelga de 60 días que realizaron los obreros metalúrgicos de Villa Constitución. El 19 de julio de 1976, en la casa de Pedro, en Sánchez de Bustamante 845, vivía también Ruth González -militante del Ejército Revolucionario del Pueblo- con sus dos hijas pequeñas, Mariana y Josefina. Esa madrugada, personal de civil irrumpió en la vivienda y se llevó a los cuatro. Logró escaparse Inés, prima de Pedro, que también vivía ahí. "Pedro fue mi cuñado, hermano de mi marido. Tiene existencia, la tuvo, vivió. Lo secuestraron y lo mataron", dijo ayer Mabel Gabarra en la audiencia por la causa Díaz Bessone. "No teníamos ni siquiera una foto de él, porque en esa época no nos sacábamos fotos. Pudimos encontrar una, del casamiento de un compañero. Y nos permitió decir que por fin está apareciendo, como uno de los 30 mil. Hay una gran deuda de la justicia en este país. Recién ahora, 30 años después, podemos estar frente a un tribunal diciendo que existieron", agregó la testigo, histórica militante feminista de Rosario desde que volvió del exilio. Pidió que esa única foto de Pedro Paulón se incorporara a la causa.
Victorio Paulón, dirigente de la CTA y durante años secretario general de la UOM de Villa Constitución, también dio testimonio frente al Tribunal, contó lo poco que pudo reconstruir del destino de su hermano y dio una lección de historia gremial de la región. "Los que están sentados acá atrás son los mercenarios al servicio de un proyecto político. El empresariado tenía de ilusión de fábricas sin comisiones internas ni delegados, sin reclamos salariales", dijo ayer Paulón.
La última vez que vio a su hermano fue en agosto de 1975. Pedro fue a visitarlo al penal de Coronda. Pensaba que Victorio saldría pronto. "Estuve seis años y medio detenido sin verle la cara un juez", dijo ayer el testigo. Su hermano le contó, en aquella última visita, de sus contactos con el ERP. En octubre de ese año, a Victorio y otros 30 detenidos los trasladaron al penal de Devoto, donde recibieron feroces palizas. El Ejército se había hecho cargo de los presos políticos. Las condiciones de detención se endurecieron, les prohibieron las visitas. Por eso, hasta diciembre de 1976 no supo que su hermano estaba desaparecido.
En agosto de 1980 a Victorio le dieron la libertad condicional, y fue al exilio a reencontrarse con su esposa, Mabel. Recién en 1984, al volver al país, pudo tener algunos datos de su hermano. Dos sobrevivientes, Eduardo Azum y Roberto Hyon, lo vieron en un centro clandestino de detención. Hyon cree que fue en la Calamita, en Granadero Baigorria, pero Azum calculó que no era así, por la distancia que recorrieron los secuestradores hasta el lugar. "Lo torturaron salvajemente", dijo Victorio. A Pedro le preguntaban por Hyon. "El me dijo que si estaba vivo era porque mi hermano nunca se hizo cargo de conocerlo", relató Victorio.
Mientras su marido estaba preso y su cuñado había desaparecido, Mabel estaba aterrorizada. La noche del secuestro de su cuñado, Mabel había dejado a su hija Alejandra en esa casa a pedido de Inés Paulón. A las 6 de la mañana la despertó un tío, y le contó lo ocurrido. "En ese momento me desesperé por encontrar a Alejandra y por avisarle a la familia. De Pedro no se sabía nada. Todas las personas entonces estaban tratando de salvar su vida. Era un clima de terror, cada vez que sonaba una sirena teníamos miedo de que nos vinieran a buscar", recordó Mabel, que el 4 de agosto de 1976 se fue a Uruguay, y empezó el exilio que continuó en Francia, donde participó en las denuncias internacionales sobre el terrorismo de estado. "A mí el exilio me costó tres años de estar lejos de mis hijos, eso es irrecuperable", dijo Gabarra. A la vuelta del exilio, Gabarra inició el trámite por la desaparición forzada de Pedro. A pedido del fiscal Gonzalo Stara, Victorio Paulón trazó ayer un panorama de la represión en el cordón industrial del Gran Rosario. Contó que en 1975 trabajaba en Vilber, en Villa Constitución. Trazó las diferencias entre el sindicalismo combativo, aglutinado en la CGT de los Argentinos durante la dictadura de Onganía y el colaboracionista. Relató el contexto y la historia del Villazo, la movilización popular para obtener las elecciones libres en el sindicato, que finalmente se produjeron en noviembre de 1974. Ganó la oposición a la conducción nacional de Lorenzo Miguel, y comenzó la hostilidad. El 20 de marzo de 1975, las fuerzas de seguridad irrumpieron en la ciudad y se llevaron 120 obreros detenidos. Entonces, los obreros eligieron 2 representantes por fábrica, para formar un comité de lucha. Victorio fue elegido por Vilber. Comenzaron una huelga para pedir el cese de la intervención, y 40 días después del inicio de la medida de fuerza, fue encarcelado. El dirigente sindical contó también que a partir de marzo de 1975, en un sector de Acindar llamado Albergue de Solteros, porque allí vivían los jefes que no tenían familia, se instaló un destacamento de la Policía Federal. Después del golpe militar de 1976, funcionó un centro clandestino de detención. "En Acindar se ve claramente la vinculación entre la etapa previa del golpe y la estrategia de anquilamiento de la organización sindical que se produjo en todo el cordón", afirmó el testigo. Cuando salieron a la vereda de Oroño al 900, Mabel y Victorio recibieron el cálido aplauso y los abrazos del público. Allí estaba Josefina González, la beba de 5 meses secuestrada con su madre, Ruth y Pedro Paulón.
Hoy es dia de duelo y tristeza, hoy 27.02.2020, han pasado 44 anios que no vi mas a Pedro y recien estoy leyendo lo que paso con el. Gracias Mavel por tu testimonio, quisiera verte en mi proximo viaje.
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