Por José Maggi
Mirta Castellini, sobreviviente del Servicio de Informaciones, declaró ayer en la causa Díaz Bessone, en un emotivo testimonio que completó con un pedido: "Vine porque quiero aportar los nombres de los compañeros que vi, para que las familias puedan tener una orientación, un cierre a un capítulo como quisiera tenerlo yo con mi hermana y con mi cuñado (desaparecidos). Quiero decirle especialmente a Chomicky que dice que fue reducido al servilismo, que ésta ha sido su oportunidad para decirnos donde están los compañeros, pero no lo hace, dice que está arrepentido pero no lo demuestra. El eligió hace 33 años y sigue estando del mismo lado. No sé con que cara todos ellos miran a sus hijos, a sus familias. O sí sé, porque yo tenía de compañera de trabajo a la hermana de Gustavo Bueno (un miembro de la inteligencia militar exiliado en Brasil) y un día, cuando se enteró de mi historia, vino y me pidió perdón". Al retirarse de la sala, sacó la foto de su hermana y se la mostró a Chomicky. "Ella es mi hermana, decime dónde está", lo espetó. Chomicky sonrió y dijo "no la conozco".
Castellini fue secuestrada el 23 de marzo de 1977 en un operativo del que participaron Mario Marcote, José Scortechini, Ricardo Chomicky, José Lofiego y otros tantos que no pudo identificar. "Me llevaron al SI, me sacaron la ropa, a los empujones, me acostaron en una camilla, me ataron de manos y pies y comenzaron la sesión de torturas. Tengo marcas en la pierna derecha, de las sogas que se me iban incrustando cuando pegaba saltos por la corriente", describió Mirta.
En esa situación escuchó la voz de una mujer "que después supe era Nilda Folch (la Polaca, que era novia de Chomicky y está prófuga en esta causa), que me tiraba agua y preguntaba si seguía tirándome".
Según relató la sobreviviente, en el SI estuvo en la rotonda. "Después en la Favela, con Gloria Fernández (Manola), que sigue desaparecida. Era el 5 o el 6 de abril, era un lugar chiquito, un entrepiso, donde se escuchaban los pasos del Pollo Baravalle que iba y venía. Me piden que me saque el pañuelo y se lo dé a Gloria. Como a las dos horas, vuelven con palas, muy excitados, y el Cura me devuelve el pañuelo y dice que Gloria estaba en la alcaidía". La habían asesinado.
Según recordó Mirta, "la voz del Cura, que era finita, la tengo muy presente. Era alto, delgado, con una camisa siempre abierta, el cabello partido para un costado. También escuchábamos a Carlitos Gómez, que según me dijo Gloria le decía que la iba a matar porque ella era de su barrio y lo había marcado. Se escuchaba al Cady, a Nilda Folch, a Graciela Porta que dormía con su bebé" recordó Castellini.
Entre los represores también recordó a "la Pirincha Peralta, el Sargento Vergara, Managua Vallejos, Costeleta, Archi Scortecchini, que siempre andaba a los saltos con las armas en la mano y nos daba la impresión que estaba drogado. Lo tengo muy presente porque el me sacó y me llevó a tribunales y después porque junto con Marcote me van a visitar a la cárcel de Devoto". Hizo descripciones muy precisas de cada integrante de la patota.
"Tengo claros algunas voces, algunos rasgos. Tal es así que estando en libertad, un día, por avenida Pellegrini, escucho una voz. Lo identifico, era Managua: era grandote, muy bruto, tenía 3 hijos. Sé que Darío era flaco, petiso, morocho, de buen trato aparentemente. El Sargento era grandote, usaba peluquín, muy desagradale. Portillo era chiquito. El Ciego, que tenía conocimientos de medicina, tenía un ensañamiento muy especial con las zonas genitales y los pezones. Era gordito, de lentes gruesos".
Pero el primero en declarar por la mañana fue Benito Espinoza, quien fue secuestrado el 19 de marzo de 1977 junto a su mujer Francisca Van Bove, sus pequeñas hijas y una conocida de la familia que se alojaba en el domicilio, Gloria Fernández.
Espinoza terminó su relato diciendo "Por qué pasaron tantos años? Por que demoraron tanto la justicia? Nosotros recibimos palizas, fuimos torturados y asesinados y ellos estaban de lo más bien afuera. Yo quiero que se haga justicia, sobre todo por las mujeres, se han ensañado con las mujeres, las han torturado, las han deshonrado".
Mirta Castellini, sobreviviente del Servicio de Informaciones, declaró ayer en la causa Díaz Bessone, en un emotivo testimonio que completó con un pedido: "Vine porque quiero aportar los nombres de los compañeros que vi, para que las familias puedan tener una orientación, un cierre a un capítulo como quisiera tenerlo yo con mi hermana y con mi cuñado (desaparecidos). Quiero decirle especialmente a Chomicky que dice que fue reducido al servilismo, que ésta ha sido su oportunidad para decirnos donde están los compañeros, pero no lo hace, dice que está arrepentido pero no lo demuestra. El eligió hace 33 años y sigue estando del mismo lado. No sé con que cara todos ellos miran a sus hijos, a sus familias. O sí sé, porque yo tenía de compañera de trabajo a la hermana de Gustavo Bueno (un miembro de la inteligencia militar exiliado en Brasil) y un día, cuando se enteró de mi historia, vino y me pidió perdón". Al retirarse de la sala, sacó la foto de su hermana y se la mostró a Chomicky. "Ella es mi hermana, decime dónde está", lo espetó. Chomicky sonrió y dijo "no la conozco".
Castellini fue secuestrada el 23 de marzo de 1977 en un operativo del que participaron Mario Marcote, José Scortechini, Ricardo Chomicky, José Lofiego y otros tantos que no pudo identificar. "Me llevaron al SI, me sacaron la ropa, a los empujones, me acostaron en una camilla, me ataron de manos y pies y comenzaron la sesión de torturas. Tengo marcas en la pierna derecha, de las sogas que se me iban incrustando cuando pegaba saltos por la corriente", describió Mirta.
En esa situación escuchó la voz de una mujer "que después supe era Nilda Folch (la Polaca, que era novia de Chomicky y está prófuga en esta causa), que me tiraba agua y preguntaba si seguía tirándome".
Según relató la sobreviviente, en el SI estuvo en la rotonda. "Después en la Favela, con Gloria Fernández (Manola), que sigue desaparecida. Era el 5 o el 6 de abril, era un lugar chiquito, un entrepiso, donde se escuchaban los pasos del Pollo Baravalle que iba y venía. Me piden que me saque el pañuelo y se lo dé a Gloria. Como a las dos horas, vuelven con palas, muy excitados, y el Cura me devuelve el pañuelo y dice que Gloria estaba en la alcaidía". La habían asesinado.
Según recordó Mirta, "la voz del Cura, que era finita, la tengo muy presente. Era alto, delgado, con una camisa siempre abierta, el cabello partido para un costado. También escuchábamos a Carlitos Gómez, que según me dijo Gloria le decía que la iba a matar porque ella era de su barrio y lo había marcado. Se escuchaba al Cady, a Nilda Folch, a Graciela Porta que dormía con su bebé" recordó Castellini.
Entre los represores también recordó a "la Pirincha Peralta, el Sargento Vergara, Managua Vallejos, Costeleta, Archi Scortecchini, que siempre andaba a los saltos con las armas en la mano y nos daba la impresión que estaba drogado. Lo tengo muy presente porque el me sacó y me llevó a tribunales y después porque junto con Marcote me van a visitar a la cárcel de Devoto". Hizo descripciones muy precisas de cada integrante de la patota.
"Tengo claros algunas voces, algunos rasgos. Tal es así que estando en libertad, un día, por avenida Pellegrini, escucho una voz. Lo identifico, era Managua: era grandote, muy bruto, tenía 3 hijos. Sé que Darío era flaco, petiso, morocho, de buen trato aparentemente. El Sargento era grandote, usaba peluquín, muy desagradale. Portillo era chiquito. El Ciego, que tenía conocimientos de medicina, tenía un ensañamiento muy especial con las zonas genitales y los pezones. Era gordito, de lentes gruesos".
Pero el primero en declarar por la mañana fue Benito Espinoza, quien fue secuestrado el 19 de marzo de 1977 junto a su mujer Francisca Van Bove, sus pequeñas hijas y una conocida de la familia que se alojaba en el domicilio, Gloria Fernández.
Espinoza terminó su relato diciendo "Por qué pasaron tantos años? Por que demoraron tanto la justicia? Nosotros recibimos palizas, fuimos torturados y asesinados y ellos estaban de lo más bien afuera. Yo quiero que se haga justicia, sobre todo por las mujeres, se han ensañado con las mujeres, las han torturado, las han deshonrado".
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