"Se siente que el cuerpo se te seca"
La hija del histórico dirigente del PJ relató ayer las sesiones de tortura que comandaban Feced y el Ciego Lofiego.
Por José Maggi
Carmen Lucero tenía 16 años cuando fue secuestrada por un grupo de tareas que la llevó al sótano del Servicio de Informaciones, para hacerle pagar entre otras cosas, ser hija de Juan el Chancho Lucero, un mítico dirigente peronista que se enfrentó con la policía, luego de descubrir que habían sido hombres de esa fuerza los que habían torturado y asesinado a Angel "Tacuarita" Brandazza. Su testimonio fue claro, contundente y focalizado en sus compañeras y compañeros de encierro, y hacia sus verdugos, y las diferentes formas de la tortura. Carmen no pronunció ayer la palabra violación, aunque tampoco hizo falta: por ejemplo relató que estando atada a la camilla de torturas mientras era picaneada, el Ciego Lofiego le arrancaba con sus manos el vello púbico.
Al cierre de su testimonio, Carmen tuvo lugar para un pequeño acto de desahogo: en medio de los aplausos por su reconocimiento público a Néstor y Cristina Kirchner por su política de derechos humanos, miró a los tres imputados que aceptaron quedarse en la sala (Mario Marcote, Ramón Vergara y Ricardo Chomicky) y les espetó en la cara": Hijos de puta".
Carmen fue secuestrada el 22 febrero de 1977 siendo militante de la Unión de Estudiantes Secundarios, aunque aclaró que es no había sido la primera vez que la represión estatal golpeó a su familia; a su padre, el ex diputado provincial Lucero, le habían volado su auto y tiroteado su domicilio tras el caso Brandazza. El "Chancho" estuvo secuestrado un mes, y luego permaneció preso en Coronda.
Carmen relató que luego de su secuestro fue trasladada al Servicio de Informaciones, donde fue duramente torturada. "En un momento escucho la voz de la Polaca Folch, lo que fue un golpe terrible ya que éramos compañeras de militancia en la UES en el Superior de Comercio. No supe hasta ese momento que ella y el Cady estaban colaborando, que torturaban, que salían a buscar compañeros. Recuerdo a la Polaca diciéndome 'hija de puta empezá a hablar porque sabés muy bien que yo te conozco'", dijo recordando los dichos de Nilda Folch (prófuga de la justicia) y el Cady Chomicki (imputado en la causa).
Recordó otro episodio que también los involucraba: "Ella y el Cady participaban de los interrogatorios, en una oportunidad a él lo mandaron para que me haga hablar y me agarró a las piñas".
Inmediatamente vino la sesión de tortura con picana eléctrica en la que participaban el Ciego Lofiego, el Cura Marcote, entre otros. "Se siente como que el cuerpo se te secó, el cuerpo hirviendo", relató.
Carmen señaló el especial ensañamiento que tenía el jefe de al policía Agustín Feced con su familia quien personalmente le aplicó una picana de mano en su cara en varias ocasiones. "Una vez me hicieron sacar el camisón, la bombacha y me ataron a la camilla de torturas, mientras Feced gritaba barbaridades de mi padre, y me aplicaba una picana de mano. Me decía que no me podía matar en ese momento, pero juró que algún dia iba a matarme junto a mi padre". Para completar la tortura, Feced le decía que la iban a bajar a un pabellón "con presos comunes que no habían visto una mujer en mucho tiempo".
En su testimonio fue recurrente la mención del "Tony" (Daniel Farías). "En una oportunidad lo tiraron arriba mío, y pude sentir todo su cuerpo lastimado, pudo tocar sus heridas. Lo habían torturado terriblemente". Y agregó "durante el encierro pudimos charlar, nos pasábamos nombres y direcciones y nos prometimos que el que saliera primero iba a ir a visitar a la familia". Farías permanece hoy desaparecido.
Otro de los nombres recordados por Carmen fue el de Analía Minetti: "La Flaca era un sol, tenía 21 años, era muy alegre, con muchas ganas de vivir. La última vez que la vi fue por el Pollo Baravalle que me avisó que la habían traído. Le sangraba el oído". La madrugada del 24 marzo de 1977 Carmen escuchó cuando se la llevaron a Minetti y a Farías.
"Cuando le pregunté al Infante -un hombre que siempre estaba vestido de negro, era grandote, canoso, y nos traía la comida- me dijo 'quedáte tranquila. Van a estar mejor adonde los llevaron". El 12 de octubre de 1977 Carmen fue liberada y partió hacia el exilio junto a su padre. También declararon Francisca Van Bove y María Isabel Crosetti, secuestradas ambas en marzo de 1977.
La hija del histórico dirigente del PJ relató ayer las sesiones de tortura que comandaban Feced y el Ciego Lofiego.
Por José Maggi
Carmen Lucero tenía 16 años cuando fue secuestrada por un grupo de tareas que la llevó al sótano del Servicio de Informaciones, para hacerle pagar entre otras cosas, ser hija de Juan el Chancho Lucero, un mítico dirigente peronista que se enfrentó con la policía, luego de descubrir que habían sido hombres de esa fuerza los que habían torturado y asesinado a Angel "Tacuarita" Brandazza. Su testimonio fue claro, contundente y focalizado en sus compañeras y compañeros de encierro, y hacia sus verdugos, y las diferentes formas de la tortura. Carmen no pronunció ayer la palabra violación, aunque tampoco hizo falta: por ejemplo relató que estando atada a la camilla de torturas mientras era picaneada, el Ciego Lofiego le arrancaba con sus manos el vello púbico.
Al cierre de su testimonio, Carmen tuvo lugar para un pequeño acto de desahogo: en medio de los aplausos por su reconocimiento público a Néstor y Cristina Kirchner por su política de derechos humanos, miró a los tres imputados que aceptaron quedarse en la sala (Mario Marcote, Ramón Vergara y Ricardo Chomicky) y les espetó en la cara": Hijos de puta".
Carmen fue secuestrada el 22 febrero de 1977 siendo militante de la Unión de Estudiantes Secundarios, aunque aclaró que es no había sido la primera vez que la represión estatal golpeó a su familia; a su padre, el ex diputado provincial Lucero, le habían volado su auto y tiroteado su domicilio tras el caso Brandazza. El "Chancho" estuvo secuestrado un mes, y luego permaneció preso en Coronda.
Carmen relató que luego de su secuestro fue trasladada al Servicio de Informaciones, donde fue duramente torturada. "En un momento escucho la voz de la Polaca Folch, lo que fue un golpe terrible ya que éramos compañeras de militancia en la UES en el Superior de Comercio. No supe hasta ese momento que ella y el Cady estaban colaborando, que torturaban, que salían a buscar compañeros. Recuerdo a la Polaca diciéndome 'hija de puta empezá a hablar porque sabés muy bien que yo te conozco'", dijo recordando los dichos de Nilda Folch (prófuga de la justicia) y el Cady Chomicki (imputado en la causa).
Recordó otro episodio que también los involucraba: "Ella y el Cady participaban de los interrogatorios, en una oportunidad a él lo mandaron para que me haga hablar y me agarró a las piñas".
Inmediatamente vino la sesión de tortura con picana eléctrica en la que participaban el Ciego Lofiego, el Cura Marcote, entre otros. "Se siente como que el cuerpo se te secó, el cuerpo hirviendo", relató.
Carmen señaló el especial ensañamiento que tenía el jefe de al policía Agustín Feced con su familia quien personalmente le aplicó una picana de mano en su cara en varias ocasiones. "Una vez me hicieron sacar el camisón, la bombacha y me ataron a la camilla de torturas, mientras Feced gritaba barbaridades de mi padre, y me aplicaba una picana de mano. Me decía que no me podía matar en ese momento, pero juró que algún dia iba a matarme junto a mi padre". Para completar la tortura, Feced le decía que la iban a bajar a un pabellón "con presos comunes que no habían visto una mujer en mucho tiempo".
En su testimonio fue recurrente la mención del "Tony" (Daniel Farías). "En una oportunidad lo tiraron arriba mío, y pude sentir todo su cuerpo lastimado, pudo tocar sus heridas. Lo habían torturado terriblemente". Y agregó "durante el encierro pudimos charlar, nos pasábamos nombres y direcciones y nos prometimos que el que saliera primero iba a ir a visitar a la familia". Farías permanece hoy desaparecido.
Otro de los nombres recordados por Carmen fue el de Analía Minetti: "La Flaca era un sol, tenía 21 años, era muy alegre, con muchas ganas de vivir. La última vez que la vi fue por el Pollo Baravalle que me avisó que la habían traído. Le sangraba el oído". La madrugada del 24 marzo de 1977 Carmen escuchó cuando se la llevaron a Minetti y a Farías.
"Cuando le pregunté al Infante -un hombre que siempre estaba vestido de negro, era grandote, canoso, y nos traía la comida- me dijo 'quedáte tranquila. Van a estar mejor adonde los llevaron". El 12 de octubre de 1977 Carmen fue liberada y partió hacia el exilio junto a su padre. También declararon Francisca Van Bove y María Isabel Crosetti, secuestradas ambas en marzo de 1977.
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