Marcha por Silvia Suppo ¡Esclarecimiento y Justicia!

lunes, 20 de agosto de 2012

Sigue el juicio por amenazas a testigos de derechos humanos

Desde los correos de Yahoo

La causa contra Juan Gil, ex integrante de la guardia Rural Los Pumas en Reconquista, continúa mañana con la declaración de la presidenta de la compañía de correos electrónicos. Desde una cuenta de esa firma se enviaron las intimidaciones.

Con la presencia de la presidenta de Yahoo Argentina, Jacqueline Berzón, el Tribunal Oral Federal de Santa Fe retoma mañana, a las 9, las audiencias de la causa por amenazas contra Juan Gil, un ex policía, integrante de Los Pumas, devenido en profesor de química en democracia, que operaba desde la ciudad de Reconquista. La jornada será especial, ya que la ejecutiva declarará sólo frente a la presidenta del Tribunal, María Ivón Vella. La convocaron por pedido del fiscal Martín Suárez Faisal, porque el acusado, en su indagatoria, puso en duda que la información remitida por la empresa fuera veraz. La causa se inició por una denuncia de los integrantes de la Asociación Norte Amplio por los Derechos Humanos, y daba cuenta de la recepción de correos electrónicos contra ese organismo, así como situaciones de difamación e intimidación. Los mismos mails fueron recibidos por la Fiscalía Federal de Reconquista y el Consejo Deliberante. Se trata de la primera causa en todo el país por amenazas contra testigos de causas de derechos humanos.

El juicio oral y público comenzó el 12 de julio pasado, con un tribunal que, además de Ivón Vella, completan José María Escobar Cello y Roberto López Arango. Los abogados querellantes son Iván Bordón y José A. Zaragoza. Más de 30 testigos pasaron desde entonces a lo largo de ocho audiencias, y demostraron la legalidad de los procedimientos judiciales que permitieron identificar a Juan Gil como autor de las amenazas.

Luego de una investigación de seis meses, la Fiscalía Federal de Reconquista determinó que este ex Personal Civil de Inteligencia, que formó parte de la guardia rural Los Pumas, era el autor de las amenazas que circularon por mail, firmados bajo el nombre de La Hermandad, y que se referían al expediente judicial 50\06, que investiga en Reconquista a los responsables de la represión ilegal en la zona durante la última dictadura.

Los mails incluían detalles sobre las declaraciones testimoniales de las víctimas además de acusaciones y amenazas de venganza. El fiscal federal Roberto Salum y su secretario abrieron un expediente que mantuvieron en reserva hasta la llegada del nuevo juez Aldo Alurralde, quien hizo lugar al pedido de allanamiento solicitado por el Ministerio Público. Los investigadores realizaron cruces informáticos, rastreos de cuentas de e﷓mail, informes de inteligencia y de dominios de los IP de las computadoras de un cíber desde donde La Hermandad realizaba sus amenazas.

Gil hizo una declaración indagatoria de cinco horas, y en su defensa dijo que le habían hackeado la cuenta de correo electrónico. Sus defensores son los abogados Gonzalo Miño y Mauricio Bonchini. "El equipo jurídico que lo defiende es el mismo del ex general Ramón Díaz Bessone y tiene a su cargo la defensa de Manuel Fernando Saint Amant, en San Nicolás. Esto da la pauta de que Gil no es un personaje menor", puntualizó Raúl Borsatti, integrante de la agrupación Norte Amplio por los Derechos Humanos. "La guardia rural Los Pumas fue esencial en la inteligencia y represión política de la zona. A simple vista, Gil podría parecer como un policía más, pero no es así. Este tipo realmente ha sido un personaje nefasto", agregó el militante.

La declaración de Berzón se realizará mañana, tras dos convocatorias fallidas, una de ellas con la fuerza pública. Finalmente, la presidenta del Tribunal pudo comunicarse con la ejecutiva que reside en Capital Federal y pactaron un encuentro.

A partir del jueves 30 de agosto comenzarán los alegatos, y en septiembre se conocerá la sentencia. La causa contra Gil es inédita en el país. "Es la primera vez que se puede capturar a un tipo que amenaza a testigos de causas de derechos humanos", indicó Borsatti. Gil abrió en su casa la cuenta de correo que había creado en un cibercafé, y de ese modo permitió que se lo identificara.

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