Zitelli con el matrimonio Medina, ambos desaparecidos |
El fiscal federal de Rosario, Gonzalo Stara, aseguró en el alegato de la causa Díaz Bessone que “está registrado” que el sacerdote Eugenio Zitelli “ingresaba a la sala de torturas” que funcionó en el Servicio de Informaciones de la policía. El representante del Ministerio Público involucró al cura que actualmente está en una parroquia de la localidad santafesina de Casilda como parte del aparato de represión montado en ese centro clandestino de detenciones rosarino.
Al exponer el caso de Tomasa Verdún de Ortiz, el fiscal Stara mencionó que la víctima pudo constatar la presencia del religioso no sólo en la Alcaidía “donde estaban alojadas mujeres que habían sido ‘blanqueadas’ como detenidas ante la Justicia”, sino en el propio Servicio de Informaciones (SI). “Zitelli como parte del grupo tenía una función específica, hemos podido registrar que ingresaba al SI y, más concretamente, a la sala de torturas”, sostuvo el fiscal en su alegato. El sacerdote fue capellán de la Policía de Rosario durante los primeros años de la última dictadura y su nombre fue mencionado durante el juicio por varios sobrevivientes del SI.
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