Se trata del proceso contra el coronel José María González, por el secuestro y asesinato de un militante del peronismo revolucionario, Mario Marini y la privación ilegal de la libertad de su esposa, Ana Cavandini, en diciembre de 1975.
Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe
El Tribunal Oral de Santa Fe comenzó a juzgar esta semana al ex jefe del Area 212, coronel José María González, por el secuestro y asesinato de un militante del peronismo revolucionario, Mario Osvaldo Marini y la privación ilegal de la libertad de su esposa, Ana María Cavandini, en diciembre de 1975. Es el cuarto juicio por delitos de lesa humanidad en Santa Fe, pero el primero a un militar y el segundo por homicidio. El 24 de marzo de 1976, González ordenó el ataque a la Casa Gris, derrocó al ex gobernador Carlos Sylvestre Begnis y asumió como el primer interventor de la dictadura en la provincia, rodeado por un gabinete de mandos del Ejército y la Fuerza Aérea. Ocupó el doble poder -político y militar- hasta el 16 de abril de abril de 1976, cuando lo sucedió el vicealmirante Jorge Aníbal Desimoni, en un acto al que asistieron el ministro del Interior, general Albano Harguindeguy y el jefe del Segundo Cuerpo de Ejército, general Ramón Díaz Bessone. Y después, siguió como jefe del Area 212 hasta octubre de 1976, cuando lo reemplazó el coronel Juan Orlando Rolón. González llegó al banquillo como autor mediato del crimen de Marini, aunque también está imputado y procesado por el asesinato de otros 22 militantes políticos, en causas que aún no llegaron a juicio.
En el arranque del debate, el presidente del Tribunal, José María Escobar Cello le concedió la posibilidad de hacer su descargo. González aceptó, pero se aferró una fórmula trillada por otros represores. "Jamás he impartido una orden ilegal. Jamás he recibido una orden ilegal. Desconozco los hechos que se me imputan", dijo al alegar inocencia. Y se negó a responder preguntas.
Lo desmintieron la esposa y el hermano de Marini. Ana María Cavadini relató ante los jueces cómo un grupo de tareas del Area 212 irrumpió en su casa, en Jujuy 3618, cerca de la cancha de Colón, y secuestró a su marido, a ella y al pequeño hijo de ambos, Germán, de un mes y medio. Germán ya tiene 36 años y también declaró en la audiencia después de su madre y de su tío.
Los represores "estaban vestidos de civil", recordó Ana. "Revisaron toda la casa, apagaron las luces y esperaron que llegara mi marido". Era el 9 de diciembre de 1975, ya había anochecido. "Veinte minutos después, cuando llegó Mario, se abalanzan sobre él, lo golpean y lo amarran", contó. Eran seis contra uno.
Después del operativo, Ana y su bebé fueron llevados a la comisaría 1ª, en el microcentro, pero como se olvidó el chupete de Germán, regresó a buscarlo. Allí vio que Mario estaba "tirado en el piso, cabeza abajo y le habían puesto un pie en la espalda", dijo. Fue la última vez que lo vio.
En la investigación judicial, hace cuatro años, apareció en el archivo de los Tribunales Federales una pieza clave. Un acta del operativo del 9 de diciembre de 1975 que acredita la emboscada y la detención de Marini, en su propia casa, por un grupo de tareas "adscripto al Area 212 que actuaba bajo el control operacional del Ejército". El documento reconoce que Marini fue detenido a las 21.30, que después se volvieron a apagar las luces y cuando las prendieron ya no estaba. Es decir, que supuestamente se fugó a las 21.55. Estuvo detenido 25 minutos y lleva 36 años desaparecido. La prueba de la infamia.
El acta tiene la firma de Cavandini. "Me obligaron a firmarla bajo presión", dijo Ana. Y explicó como logró identificar a quien la había amenazada: el capitán del Destacamento de Inteligencia 122, Douglas Patrick Dowling, que allanó su casa y luego la visitó dos veces en la comisaría 1ª, donde le obligó a firmar. "La trajo escrita y yo la firmé", recordó. El acta fue incluida en un expediente del Ejército por el coronel Carlos Adalberto Rodríguez Carranza, oficial de Operaciones del Area 212, a quien González también designó jefe de Policía de la provincia, el 24 de marzo de 1976. Dowling y Rodríguez Carranza no comparten el banquillo con González porque ya fallecieron.
El hermano de Marini también desmintió a González al aportar otra prueba en el juicio. Una carta que su padre le envió a González -con copia a Harguindeguy- el 31 de mayo de 1976, cinco meses después del secuestro de Mario. Le pidió una audiencia que resultó infructuosa. "Fueron mi papá y mi mamá, no recuerdo detalles de la charla, pero el resultado fue negativo, les dijo que Mario estaba prófugo y que no tenía novedades. Les dio muy poca atención, como militar que era", recordó Luis Alberto Marini.
-Eso demuestra que González conocía el caso, porque en su descargo dijo que desconocía los hechos -le planteó Rosario/12.
-No es cierto. Conocía muy bien todo el hecho, él dio la orden, él hizo todo. No sé con qué fundamento o qué seguimiento hizo, pero él fue el principal ejecutor, no queda duda -contestó Luis.
Tras el operativo, la casa de los Marini fue saqueada. "Nosotros la vimos dos veces, después del allanamiento estaba todo, cerramos y nos fuimos. "Los vecinos nos miraban con una cara, como diciendo qué hacen estas personas que se meten adentro. Ellos habían visto los autos, el movimiento, un montón de cosas. Entraron mis padres. 'Vamos a entrar nosotros que somos viejos', por si la estaban vigilando. Entraron y estaba todo ordenado", recordó. "Pero a los quince días volvimos a ir y ya la habían saqueado. Volvió a ir mi padre y el papá de Ana y sólo quedaba una mesa, seis sillas y el aparador. No quedaba nada, se habían llevado todo, la cocina, la heladera, la ropa del bebé, todo. Daban ganas de llorar".
-¿Qué edad tenía usted?
-Yo tenía 27, era dos años mayor que mi hermano que tenía 25 -concluyó Luis.
Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe
El Tribunal Oral de Santa Fe comenzó a juzgar esta semana al ex jefe del Area 212, coronel José María González, por el secuestro y asesinato de un militante del peronismo revolucionario, Mario Osvaldo Marini y la privación ilegal de la libertad de su esposa, Ana María Cavandini, en diciembre de 1975. Es el cuarto juicio por delitos de lesa humanidad en Santa Fe, pero el primero a un militar y el segundo por homicidio. El 24 de marzo de 1976, González ordenó el ataque a la Casa Gris, derrocó al ex gobernador Carlos Sylvestre Begnis y asumió como el primer interventor de la dictadura en la provincia, rodeado por un gabinete de mandos del Ejército y la Fuerza Aérea. Ocupó el doble poder -político y militar- hasta el 16 de abril de abril de 1976, cuando lo sucedió el vicealmirante Jorge Aníbal Desimoni, en un acto al que asistieron el ministro del Interior, general Albano Harguindeguy y el jefe del Segundo Cuerpo de Ejército, general Ramón Díaz Bessone. Y después, siguió como jefe del Area 212 hasta octubre de 1976, cuando lo reemplazó el coronel Juan Orlando Rolón. González llegó al banquillo como autor mediato del crimen de Marini, aunque también está imputado y procesado por el asesinato de otros 22 militantes políticos, en causas que aún no llegaron a juicio.
En el arranque del debate, el presidente del Tribunal, José María Escobar Cello le concedió la posibilidad de hacer su descargo. González aceptó, pero se aferró una fórmula trillada por otros represores. "Jamás he impartido una orden ilegal. Jamás he recibido una orden ilegal. Desconozco los hechos que se me imputan", dijo al alegar inocencia. Y se negó a responder preguntas.
Lo desmintieron la esposa y el hermano de Marini. Ana María Cavadini relató ante los jueces cómo un grupo de tareas del Area 212 irrumpió en su casa, en Jujuy 3618, cerca de la cancha de Colón, y secuestró a su marido, a ella y al pequeño hijo de ambos, Germán, de un mes y medio. Germán ya tiene 36 años y también declaró en la audiencia después de su madre y de su tío.
Los represores "estaban vestidos de civil", recordó Ana. "Revisaron toda la casa, apagaron las luces y esperaron que llegara mi marido". Era el 9 de diciembre de 1975, ya había anochecido. "Veinte minutos después, cuando llegó Mario, se abalanzan sobre él, lo golpean y lo amarran", contó. Eran seis contra uno.
Después del operativo, Ana y su bebé fueron llevados a la comisaría 1ª, en el microcentro, pero como se olvidó el chupete de Germán, regresó a buscarlo. Allí vio que Mario estaba "tirado en el piso, cabeza abajo y le habían puesto un pie en la espalda", dijo. Fue la última vez que lo vio.
En la investigación judicial, hace cuatro años, apareció en el archivo de los Tribunales Federales una pieza clave. Un acta del operativo del 9 de diciembre de 1975 que acredita la emboscada y la detención de Marini, en su propia casa, por un grupo de tareas "adscripto al Area 212 que actuaba bajo el control operacional del Ejército". El documento reconoce que Marini fue detenido a las 21.30, que después se volvieron a apagar las luces y cuando las prendieron ya no estaba. Es decir, que supuestamente se fugó a las 21.55. Estuvo detenido 25 minutos y lleva 36 años desaparecido. La prueba de la infamia.
El acta tiene la firma de Cavandini. "Me obligaron a firmarla bajo presión", dijo Ana. Y explicó como logró identificar a quien la había amenazada: el capitán del Destacamento de Inteligencia 122, Douglas Patrick Dowling, que allanó su casa y luego la visitó dos veces en la comisaría 1ª, donde le obligó a firmar. "La trajo escrita y yo la firmé", recordó. El acta fue incluida en un expediente del Ejército por el coronel Carlos Adalberto Rodríguez Carranza, oficial de Operaciones del Area 212, a quien González también designó jefe de Policía de la provincia, el 24 de marzo de 1976. Dowling y Rodríguez Carranza no comparten el banquillo con González porque ya fallecieron.
El hermano de Marini también desmintió a González al aportar otra prueba en el juicio. Una carta que su padre le envió a González -con copia a Harguindeguy- el 31 de mayo de 1976, cinco meses después del secuestro de Mario. Le pidió una audiencia que resultó infructuosa. "Fueron mi papá y mi mamá, no recuerdo detalles de la charla, pero el resultado fue negativo, les dijo que Mario estaba prófugo y que no tenía novedades. Les dio muy poca atención, como militar que era", recordó Luis Alberto Marini.
-Eso demuestra que González conocía el caso, porque en su descargo dijo que desconocía los hechos -le planteó Rosario/12.
-No es cierto. Conocía muy bien todo el hecho, él dio la orden, él hizo todo. No sé con qué fundamento o qué seguimiento hizo, pero él fue el principal ejecutor, no queda duda -contestó Luis.
Tras el operativo, la casa de los Marini fue saqueada. "Nosotros la vimos dos veces, después del allanamiento estaba todo, cerramos y nos fuimos. "Los vecinos nos miraban con una cara, como diciendo qué hacen estas personas que se meten adentro. Ellos habían visto los autos, el movimiento, un montón de cosas. Entraron mis padres. 'Vamos a entrar nosotros que somos viejos', por si la estaban vigilando. Entraron y estaba todo ordenado", recordó. "Pero a los quince días volvimos a ir y ya la habían saqueado. Volvió a ir mi padre y el papá de Ana y sólo quedaba una mesa, seis sillas y el aparador. No quedaba nada, se habían llevado todo, la cocina, la heladera, la ropa del bebé, todo. Daban ganas de llorar".
-¿Qué edad tenía usted?
-Yo tenía 27, era dos años mayor que mi hermano que tenía 25 -concluyó Luis.
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