Marcha por Silvia Suppo ¡Esclarecimiento y Justicia!

domingo, 4 de octubre de 2009

Los dolores que quedan


Querellantes y testigos en la causa Guerrieri señalaron algunas actitudes del Tribunal, como impedir las fotos de desaparecidos. También apuntan a la falta de lugar.

Por Evelyn Arach

Indignados. Así se sienten los integrantes del espacio Juicio y Castigo debido a lo que consideran "constantes irregularidades" registradas desde que comenzó el juicio por los crímenes de lesa humanidad en la causa Guerrieri que lleva adelante el Tribunal Oral N 1 de la Justicia Federal. La prohibición de ingresar con las fotos de los familiares desaparecidos, o de llevar puesta alguna insignia de las organizaciones de derechos humanos, el reducido espacio, que ya provocó la suspensión de dos audiencias por descompostura de una abogada y otra vez de la jueza Beatriz Baravani así como la eterna espera de hasta diez horas que padecen los testigos por lo cual dos de ellos se fueron sin declarar, son sólo algunas de las quejas que forman parte de un comunicado oficial. También manifiestan que existe una "parcialidad" de los jueces en sus consideraciones. En ese marco, hoy a las 9 de la mañana todas las agrupaciones realizarán una conferencia de prensa en las puertas de los Tribunales Federales de Oroño al 900.

En el espacio consideran que el trato a unos y a otros es diferente. En la primera audiencia, un guardia de Gendarmería le pidió a Carlos Novillo que ingrese sin la foto de su hermano Jorge, desaparecido tras pasar por varios centros clandestino de detención como La Intermedia, la Quinta de Funes y Escuela Magnasco. "Me sentí muy mal, porque esa era la única manera de que él pudiera estar presente en los juicios después de tantos años. Ese mismo día (Juan) Amelong apareció con una vincha que decía legalidad y nadie le dijo nada", contó a Rosario/12.

En la segunda audiencia, un joven pretendió ingresar con una remera que tenía dibujado un pañuelo blanco en alusión a las Madres de Plaza de Mayo y también le exigieron que se la sacara. "Esto no pasa en Santa Fe ni en ningún otro lugar, es una disposición arbitraria del Tribunal", sostuvo Norma Ríos de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos.

El reclamo ya fue presentado formalmente hace dos semanas al secretario del Tribunal, Osvaldo Facciano, pero aún no han obtenido respuesta, por lo que tras una reunión decidieron hacer pública la denuncia.
Otro de los inconvenientes es el espacio considerablemente reducido: apenas hay treinta asientos disponibles cuando unas 300 personas ya fueron acreditadas. "Hubo que suspender dos audiencias como consecuencia de que el lugar se vuelve sofocante y hubo dos personas descompuestas. El Gobierno provincial y el Tribunal se tiran la pelota unos a otros, pero necesitamos una solución urgente", afirmó el querellante Alfredo Vivono.
Juicio y Castigo propuso la Sala Lavardén, el Teatro La Comedia y hasta el Centro Cultural Bernardino Rivadavia como opciones para realizar las audiencias. "Desde la municipalidad nos contestaron que no se puede cambiar la agenda cultural, pero me parece que estos juicios son mucho más importantes que cualquier espectáculo", sostuvo Vivono. Además los juicios tienen lugar de lunes a miércoles, cuando las salas no están funcionando.

Por otra parte, el 9 de febrero comienza el juicio por la causa Feced. "Allí hay 400 personas en condiciones de declarar, cuatro veces más que en esta causa y es impensado que pueda llevarse adelante en la sala reducida en la que estamos", sostuvo otra militante, Liliana Gómez. "Actualmente no podemos tomar agua y para ir al baño hay que bajar dos pisos por escalera y caminar una cuadra acompañados de un gendarme", apuntaron.
Las demoras que padecen quienes tienen que testificar también es motivo de angustia. "Carlos Del Frade estuvo diez horas enclaustrado en un cuarto aparte antes de declarar y como él muchos otros. Tal es el caso del periodista Miguel Bonasso que se volvió a Buenos Aires sin declarar a causa de las demoras del Tribunal", denunciaron. Y en el comunicado resaltan "la falta de respeto diaria" de no cumplir la hora de inicio de los juicios obligando a los testigos a una espera innecesaria e incómoda.

En otro de los párrafos afirman: "Denunciamos el maltrato y la falta de respeto demostrada por el tribunal, los abogados defensores y los imputados hacia los familiares testigos y querellantes". Quienes asisten regularmente a las audiencias aseguran que los jueces elogian las preguntas y planteos de los abogados defensores pero a menudo tratan con desdén a los fiscales y querellantes. Por otra parte, aunque se le llamó la atención al represor Walter Pagano por sus gestos y provocaciones, muchos afirman que continuó realizando insinuaciones desafiantes.

La actitud individual de algunos gendarmes también es repudiada por las organizaciones: "Se dio la orden de parar a un gendarme frente a una madre de plaza 25 de mayo porque miraba los apuntes de (Juan) Amelong", dice el documento que se conocerá hoy. Por otra parte otra madre, Elida López, explicó a Rosario/12 que en dos ocasiones un gendarme le pidió que cediera su asiento a los hermanos de Amelong que presenciaban la audiencia y ella se negó. Novillo sostuvo: "Estamos dolidos porque el trato que nos dan a nosotros no es el mismo que tienen los familiares de los represores".

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