Por José Maggi
Tres testimonios fueron brindados en la tarde de ayer en el marco del Juicio por terrorismo de estado que lleva el nombre del general Ramón Genaro Díaz Bessone: el de Manuel Fernández, (Manolo, el compañero de Ana María Ferrari), el de su hermano Ricardo Fernández y el de Carlos Usinger.
Manuel Angel Fernández relató que fue secuestrado el 15 octubre de 1976 en Agrelo 1592. "Sucedió a las 4.30. Estábamos con mi esposa Ana María Ferrari, su abuela y mi hijo de 6 meses. Me golpean mientras siento el nombre de Tu Sam, entre otros. En el baúl de un auto me llevan a la vieja jefatura de San Lorenzo y Dorrego. Me preguntaban por mi hermana Gloria Fernández que hasta hoy sigue desaparecida... Eramos varios, se escuchaban golpes, gritos de personas, de mujeres, llantos de criaturas, era insoportable escuchar las voces de terror de los demás porque yo pensaba en mi mujer, en mi hijo... En un momento me volvieron a bajar. Estuve al lado de Ana María en una escalera, le pregunto por mi hijo y me dijo 'quedáte tranquilo, me lo agarró un policía vestido de marrón que me prometió que se lo iba a dar a mi mamá'. Estaba toda lastimada, no la podía ver. Rezamos el padre nuestro, alguien nos escuchó y nos empezó a patear y a insultar, se habían ensañado totalmente con Ana".
"El Pollo Baravalle -prosiguió- me llevó a la favela, sentí que había menos personas. Llegó una orden de que nos iban a bañar, bajamos otras escaleras, había un baño donde pudimos asearnos. De ahí nos llevan a un sótano, en San Lorenzo y Dorrego. En la primer pieza a la derecha había todas mujeres. En la segunda pieza, justo en la esquina, ahí empiezo a tener contacto con Tossi, Piccolo, Giusti, Bocanera, Bustos, Pérez Risso, Moyano, ahí empiezo a conocer a algunas de las personas que subían y bajaban: era un oficial que andaba de civil, bajaba para traernos bolsos, ropa, era gordito, con peluquín, le decían Sargento. Otro gordito petisito Kunfito".
"Un vez una persona bajó y me pidió por favor que no diera su nombre, lo conocía porque era mi vecino, Oscar Gómez, me decía que ahí lo llamaban Carlitos Godoy, que me quedara tranquilo, que sabía dónde estaba mi hermana Gloria. Me recalcó que no dijera su nombre. Después me llevo al encuentro con mi vieja María Herminia Acevedo, que estaba toda golpeada", agregó.
Sobre su hermana se enteró en marzo del 77 "por compañeros de Coronda como el Bicho Mechetti, que Gloria había estado en el SI, que la habían torturado terriblemente, que se había portado muy bien, que había una saña personal contra ella de Oscar Gómez y que la habían trasladado. Y que los que la reconocieron a Manolita son el Caddy Chomicky y Gómez".
También declaró Carlos Usinger, detenido en junio de 1976 y llevado al Servicio de Informaciones, donde también fue salvajemente torturado. Mencionó haber visto, entre otros a Cacho De María, Charani, Enzo Tossi que estaba muy golpeado, lastimado, no podía comer, los otros que habían caído con él, el grupo completo de delegados del gremio de los que fabrican mosaicos, "trataban de convencerlo de que aunque sea tomara la sopa para recuperarse".
Tres testimonios fueron brindados en la tarde de ayer en el marco del Juicio por terrorismo de estado que lleva el nombre del general Ramón Genaro Díaz Bessone: el de Manuel Fernández, (Manolo, el compañero de Ana María Ferrari), el de su hermano Ricardo Fernández y el de Carlos Usinger.
Manuel Angel Fernández relató que fue secuestrado el 15 octubre de 1976 en Agrelo 1592. "Sucedió a las 4.30. Estábamos con mi esposa Ana María Ferrari, su abuela y mi hijo de 6 meses. Me golpean mientras siento el nombre de Tu Sam, entre otros. En el baúl de un auto me llevan a la vieja jefatura de San Lorenzo y Dorrego. Me preguntaban por mi hermana Gloria Fernández que hasta hoy sigue desaparecida... Eramos varios, se escuchaban golpes, gritos de personas, de mujeres, llantos de criaturas, era insoportable escuchar las voces de terror de los demás porque yo pensaba en mi mujer, en mi hijo... En un momento me volvieron a bajar. Estuve al lado de Ana María en una escalera, le pregunto por mi hijo y me dijo 'quedáte tranquilo, me lo agarró un policía vestido de marrón que me prometió que se lo iba a dar a mi mamá'. Estaba toda lastimada, no la podía ver. Rezamos el padre nuestro, alguien nos escuchó y nos empezó a patear y a insultar, se habían ensañado totalmente con Ana".
"El Pollo Baravalle -prosiguió- me llevó a la favela, sentí que había menos personas. Llegó una orden de que nos iban a bañar, bajamos otras escaleras, había un baño donde pudimos asearnos. De ahí nos llevan a un sótano, en San Lorenzo y Dorrego. En la primer pieza a la derecha había todas mujeres. En la segunda pieza, justo en la esquina, ahí empiezo a tener contacto con Tossi, Piccolo, Giusti, Bocanera, Bustos, Pérez Risso, Moyano, ahí empiezo a conocer a algunas de las personas que subían y bajaban: era un oficial que andaba de civil, bajaba para traernos bolsos, ropa, era gordito, con peluquín, le decían Sargento. Otro gordito petisito Kunfito".
"Un vez una persona bajó y me pidió por favor que no diera su nombre, lo conocía porque era mi vecino, Oscar Gómez, me decía que ahí lo llamaban Carlitos Godoy, que me quedara tranquilo, que sabía dónde estaba mi hermana Gloria. Me recalcó que no dijera su nombre. Después me llevo al encuentro con mi vieja María Herminia Acevedo, que estaba toda golpeada", agregó.
Sobre su hermana se enteró en marzo del 77 "por compañeros de Coronda como el Bicho Mechetti, que Gloria había estado en el SI, que la habían torturado terriblemente, que se había portado muy bien, que había una saña personal contra ella de Oscar Gómez y que la habían trasladado. Y que los que la reconocieron a Manolita son el Caddy Chomicky y Gómez".
También declaró Carlos Usinger, detenido en junio de 1976 y llevado al Servicio de Informaciones, donde también fue salvajemente torturado. Mencionó haber visto, entre otros a Cacho De María, Charani, Enzo Tossi que estaba muy golpeado, lastimado, no podía comer, los otros que habían caído con él, el grupo completo de delegados del gremio de los que fabrican mosaicos, "trataban de convencerlo de que aunque sea tomara la sopa para recuperarse".
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