De acuerdo a la noticia difundida
por el programa de Radio Nacional Rosario, Aire Público, el juez federal de
Rosario, Marcelo Bailaque, revocó este miércoles la prisión domiciliaria del represor de la
dictadura Ariel Puma Porra, quien está imputado de crímenes de lesa humanidad.
Según fuentes judiciales, tras haber sido corroboradas las denuncias anónimas
de vecinos del ex Personal Civil de inteligencia (PCI), el magistrado enviaría
al Puma al penal de Marcos Paz por haberviolado su condición procesal. La
información que desencadenó el fin del beneficio para Porra, había llegado a
este medio a través de la diputada provincial Alicia Gutiérrez y sido
presentada semanas atrás por Redacción Rosario ante la fiscal Mabel Colalongo.
La diputada Alicia Gutiérrez
‒quien además es querellante en la causa‒ recibió las primeras denuncias de los
vecinos del Puma a fines de 2011. En enero de este año, los comentarios de que
el Puma violaba sistemáticamente su prisión domiciliaria se volvieron a repetir ante la
legisladora, que en contacto con este medio, coordinó una investigación con
Redacción Rosario, y este a su vez con la fiscal federal Mabel Colalongo, para
una formal constatación de los hechos.
El 17 de febrero desde esta
redacción se presentó una nota ante Colalongo en la que se reproducían las
denuncias de los vecinos de Porra. La fiscal rápidamente requirió diferentes
medidas al juez Bailaque que este miércoles, y de acuerdo a la información revelada por la
producción de Radio Nacional, habría decidido terminar con el beneficio de la
prisión domiciliaria de Porra.
El Puma, Ariel Zenon Porra, es un
reconocido integrante del grupo de tareas que comandó Pascual Guerrieri, que
por ser capturado después de la elevación a juicio del primer proceso oral y
público contra represores de la dictadura de Rosario, zafó de la condena que recibieron
sus camaradas de armas. En aquel histórico veredicto, Pascual Guerrieri, Jorge
Fariña, Juan Amelong , Walter Pagano y Eduardo Costanzo fueron sentenciados a
prisión perpetua, por secuestros, torturas y privación ilegítima de la libertad
de decenas de militantes políticos y por el homicidio de 16 ellos.
En ese juicio, denominado
Guerrieri-Amelong, se investigaron los delitos de lesa humanidad cometidos en
los centros clandestinos de detención La Calamita, Quinta de Funes, La
Intermedia, Escuela Magnasco y Fabrica Militar de Armas Domingo Matheu.
Porra, al igual que una buena
parte de los acusados que todavía no fueron sometidos a juicio oral, espera un
próximo proceso en el que deberá soportar los mismos cargos, y en el que se
especula que correrá la misma suerte que sus camaradas.
Además de los más de sesenta
testimonios que identificaron a los represores de esos centros de detención,
dos integrantes del grupo de tareas confesaron los nombres y el accionar de
ellos mismos y sus compañeros del grupo de tareas. El represor Francisco Bueno, que
declaró desde Brasil y ya lo había hecho durante la década del ochenta, brindó
nombres y apodos de los integrantes de la patota. Pero fue Eduardo Tucu
Costanzo ‒uno de los represoresque más ha contado, desdeadentro, sobre el accionar del
terrorismo de Estado‒ el que más complicó a Porra con sus testimonios ofrecidos
en sede judicial.
En una reciente entrevista brindada
al periódico El Eslabón, Costanzo no sólo confirmó la participación de Porra en
las acciones y operativos del Batallón 121, sino que identificó fotografías
conseguidas por el medio de investigación, en las que se ve al Puma con otros
represores en distintos lugares, uno de ellos la mismísima Calamita, el temible
campo de concentración ubicado en cercanías de la localidad de Baigorria, por
el que pasaron cientos de secuestrados políticos, decenas de ellos
posteriormente desaparecidos.
Las denuncias
Los vecinos de la zona donde vive
Ariel Porra ‒los cuales solicitaron estricta reserva de sus nombres‒,
denunciaron “la sistemáticas salidas de Porra de su casa”, donde cumplía
arresto domiciliario. El domicilio del Puma se ubica en República de Checoslovaquia
5423.Según señalaron las fuentes
"los vecinos, lo vemos salir con total impunidad, aminado o en su auto”.
Los denunciantes indicaron que Porra “tiene teñido el pelo pero está claramente
reconocible” y detallaron que “sale a hacer compras”, que “se lo ve salir comúnmente en el
auto” y que “los fines de semana se va a la mañana y vuelve por la noche. “Las
salidas son sistemáticas”, subrayó la fuente.
Ante el conocimiento de los
pesados delitos por los que se lo acusa, los testigos confesaron tener “miedo a
hacer la denuncia con nombre y apellido” por “temor a las reprimendas que
pueden recibir por parte de Porra”. “Y más si tenemos en cuenta con la impunidad que
incumple la supuesta prisión domiciliaria que dicen que tiene”, afirmaron.
Por Juane Basso.
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