Verdad marcada en los cuerpos
Las abogadas que representan a la Liga Argentina por los Derechos del Hombre y Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas establecieron las pruebas del genocidio, al tiempo que plantearon las pruebas de cada caso.
"La verdad de lo ocurrido está marcada en los cuerpos de los sobrevivientes, es parte de la memoria y de lo repetido hasta el cansancio todos estos años. El testigo narra su verdad como parte de la verdad total, su persona es la prueba viviente del horror, incluso, poder convertirse en testigos de lo ocurrido, es lo que a muchos los motivó a sobrevivir". La frase pertenece a la abogada Gabriela Durruty y se escuchó ayer en el marco de la Causa Díaz Bessone en medio del alegato de los abogados querellantes que patrocinan a Marta Bertolino, Alfredo Vivono, Eduardo Seminara, Azucena Solana, José Aloisio, Liliana Gómez. El alegato estuvo a cargo de las abogadas Daniela Asinari, Leticia Faccendini y Jesica Pellegrini, quienes integran el equipo jurídico de la Liga Argentina por los Derechos Humanos y Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas.
En primer lugar, Pellegrini hizo referencia al contexto histórico en el que se enmarcaron los hechos afirmando que el gobierno militar que usurpó el poder el 24 de marzo de 1976, implementó un modo clandestino de represión, un plan sistemático de tortura y desaparición de personas que derivó en una escalada represiva sin precedentes en la historia argentina.
Asimismo destacaron que ese plan fue diseñado con anterioridad al golpe y contó con la participación protagónica de varios sectores de la población, entre ellos el sector financiero y empresario y la Iglesia Católica. Específicamente en relación a ésta, sostuvieron que "el apoyo explícito de las autoridades de la Iglesia al golpe genocida en la UR II tuvo nombre y apellido. En esa convicción esta querella solicitó al juez Bailaque que indague a Eugenio Zitelli por los delitos de privación ilegítima de la libertad, tormentos y asociación ilícita, y esperamos que así lo haga".
Asimismo, el plan sistemático de exterminio fue producto de la influencia de la doctrina contrarrevolucionaria francesa. En el documental de Marie Monique Robin "Los Escuadrones de la Muerte: La Escuela Francesa" que fue incorporado a la causa así como el propio testimonio de la autora, pudimos observar a Ramón Genaro Díaz Bessone, admitir que se utilizó la tortura para obtener información y diciendo que no se pudo utilizar la ley marcial ni el fusilamiento por las condiciones internacionales, por lo que se desaparecieron los cadáveres de los prisioneros asesinados".
En lo que a este juicio concierne, el Segundo Cuerpo del Ejército estuvo comandado por el imputado Ramón Genaro Díaz Bessone, en principio hasta octubre de 1976, cuando fue ascendido a ministro del poder ejecutivo nacional usurpado por Jorge Rafael Videla.
En su alegato la letrada hizo hincapié en que "los sucesos señalados no fueron hechos aislados producto del comportamiento criminal de algunos militares y policías, sino que lo que examinamos en este Juicio es un episodio inescindible del drama general que no es otro que el del genocidio perpetrado contra un grupo nacional del cual, nuestros representados, como el conjunto de las víctimas, fueron objeto".
Posteriormente, Durruty se refirió a la forma en que debe merituarse la abundante prueba que obra en la causa y que "refieren a un andamiaje burocrático orquestado por el estado terrorista con la única finalidad de ocultar responsabilidades en aquellos casos en que el destino del secuestrado, del torturado, era acceder poco a poco a la legalidad. Si no decidían asesinar en un enfrentamiento fraguado, o directamente desaparecer el cuerpo, los detenidos entraban de a poco en la pseudo legalidad pensada para los opositores políticos como parte del maquillaje que intentaba establecer y perpetrar la impunidad del genocidio. Pero hoy, una vez probada la existencia y mecánica del plan sistemático, clandestino e ilegal de eliminación del colectivo integrado por todos aquellos que militaban por una mejor distribución de las riquezas, por un país más justo, no podemos caer en la trampa". Luego, junto a las abogadas Asinari y Faccendini, dieron comienzo a la exposición de cada uno de los 77 casos que representan en este juicio. Seguirán hoy, a las 9.
Las abogadas que representan a la Liga Argentina por los Derechos del Hombre y Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas establecieron las pruebas del genocidio, al tiempo que plantearon las pruebas de cada caso.
"La verdad de lo ocurrido está marcada en los cuerpos de los sobrevivientes, es parte de la memoria y de lo repetido hasta el cansancio todos estos años. El testigo narra su verdad como parte de la verdad total, su persona es la prueba viviente del horror, incluso, poder convertirse en testigos de lo ocurrido, es lo que a muchos los motivó a sobrevivir". La frase pertenece a la abogada Gabriela Durruty y se escuchó ayer en el marco de la Causa Díaz Bessone en medio del alegato de los abogados querellantes que patrocinan a Marta Bertolino, Alfredo Vivono, Eduardo Seminara, Azucena Solana, José Aloisio, Liliana Gómez. El alegato estuvo a cargo de las abogadas Daniela Asinari, Leticia Faccendini y Jesica Pellegrini, quienes integran el equipo jurídico de la Liga Argentina por los Derechos Humanos y Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas.
En primer lugar, Pellegrini hizo referencia al contexto histórico en el que se enmarcaron los hechos afirmando que el gobierno militar que usurpó el poder el 24 de marzo de 1976, implementó un modo clandestino de represión, un plan sistemático de tortura y desaparición de personas que derivó en una escalada represiva sin precedentes en la historia argentina.
Asimismo destacaron que ese plan fue diseñado con anterioridad al golpe y contó con la participación protagónica de varios sectores de la población, entre ellos el sector financiero y empresario y la Iglesia Católica. Específicamente en relación a ésta, sostuvieron que "el apoyo explícito de las autoridades de la Iglesia al golpe genocida en la UR II tuvo nombre y apellido. En esa convicción esta querella solicitó al juez Bailaque que indague a Eugenio Zitelli por los delitos de privación ilegítima de la libertad, tormentos y asociación ilícita, y esperamos que así lo haga".
Asimismo, el plan sistemático de exterminio fue producto de la influencia de la doctrina contrarrevolucionaria francesa. En el documental de Marie Monique Robin "Los Escuadrones de la Muerte: La Escuela Francesa" que fue incorporado a la causa así como el propio testimonio de la autora, pudimos observar a Ramón Genaro Díaz Bessone, admitir que se utilizó la tortura para obtener información y diciendo que no se pudo utilizar la ley marcial ni el fusilamiento por las condiciones internacionales, por lo que se desaparecieron los cadáveres de los prisioneros asesinados".
En lo que a este juicio concierne, el Segundo Cuerpo del Ejército estuvo comandado por el imputado Ramón Genaro Díaz Bessone, en principio hasta octubre de 1976, cuando fue ascendido a ministro del poder ejecutivo nacional usurpado por Jorge Rafael Videla.
En su alegato la letrada hizo hincapié en que "los sucesos señalados no fueron hechos aislados producto del comportamiento criminal de algunos militares y policías, sino que lo que examinamos en este Juicio es un episodio inescindible del drama general que no es otro que el del genocidio perpetrado contra un grupo nacional del cual, nuestros representados, como el conjunto de las víctimas, fueron objeto".
Posteriormente, Durruty se refirió a la forma en que debe merituarse la abundante prueba que obra en la causa y que "refieren a un andamiaje burocrático orquestado por el estado terrorista con la única finalidad de ocultar responsabilidades en aquellos casos en que el destino del secuestrado, del torturado, era acceder poco a poco a la legalidad. Si no decidían asesinar en un enfrentamiento fraguado, o directamente desaparecer el cuerpo, los detenidos entraban de a poco en la pseudo legalidad pensada para los opositores políticos como parte del maquillaje que intentaba establecer y perpetrar la impunidad del genocidio. Pero hoy, una vez probada la existencia y mecánica del plan sistemático, clandestino e ilegal de eliminación del colectivo integrado por todos aquellos que militaban por una mejor distribución de las riquezas, por un país más justo, no podemos caer en la trampa". Luego, junto a las abogadas Asinari y Faccendini, dieron comienzo a la exposición de cada uno de los 77 casos que representan en este juicio. Seguirán hoy, a las 9.
No hay comentarios:
Publicar un comentario