LOS TESTIMONIOS DE ALFREDO VIVONO Y JORGE PALOMBO
Por José Maggi
"¿Papá es cierto lo que dicen que hizo el padre de Julieta? Está llorando y dice que para su cumpleaños de 15 su papá va a estar preso. ¿Qué le digo Papi?". La pregunta la hizo Julieta Vivono y estaba dirigida a su padre Alfredo Vivono. La adolescente acongojada era Julieta Scortecchini, compañera de escuela y amiga. "Hija, José Scortecchini no sólo me torturó a mí, y a muchos de mis amigos a los que conocés, sino que también tuvo responsabilidad en la muerte de varios de nuestros compañeros", contestó Alfredo del otro lado de la línea telefónica. Como una paradoja de los tiempos que corren, la anécdota fue relatada ayer por Vivono frente al Tribunal Oral Federal Nº 2, que también escuchó el final (momentáneo) de esta historia: Julieta, la hija de "Archie" Scortecchini, no pudo sobrellevar el peso de la historia de su padre, se quedó de año y fue retirada de la escuela por su familia.
El de Vivono fue el segundo testimonio de la tarde, en el que relató en varias oportunidades haber visto en el Servicio de Inteligencia de la policía a una de las testigos de la mañana Patricia Antelo (ver aparte), y a María Virginia Molina.
Pero antes, había sido el turno de Jorge Palombo, uno de los testimonios más conmovedores de la jornada. Palombo, también militante de la UES, narró de modo estremecedor el cautiverio, las torturas a las que fue sometido, las torturas de los compañeros que estaban allí detenidos y las permanentes amenazas que sistemáticamente aplicaban los genocidas. También el testigo narró su paso por la cárcel de Coronda de donde fue sacado Daniel Gorosito una noche y que permanece desaparecido.
Al borde de quebrarse, relató que fue llevado al Servicio de Informaciones el 30 de junio de 1976, donde fue torturado durante siete días corridos. En ese infierno recordó haber visto a Eduardo Pérez, conocido por su apodo "Parrilla". Era un militante de la UES desaparecido. "Colaborá o te va a pasar lo mismo que a Parrilla, vas a ir a mirar a los rabanitos crecer desde abajo", le dijo en una sesión de tormentos uno de su torturadores.
Allí también recordó haber visto a "Carlota", un compañero del Superior de Comercio, asi como a Mario Luraschi y su señora que estaba embarazada, y a su concuñada. La lista de víctimas se completaba con Marcelo "Mosquito" De la Torre, Esteban Mariño, Adrián de Rosa, Néstor Serravalle, Liliana Gómez, y la familia Ferrari, que llegaron con un hijo de 14 años.
Por José Maggi
"¿Papá es cierto lo que dicen que hizo el padre de Julieta? Está llorando y dice que para su cumpleaños de 15 su papá va a estar preso. ¿Qué le digo Papi?". La pregunta la hizo Julieta Vivono y estaba dirigida a su padre Alfredo Vivono. La adolescente acongojada era Julieta Scortecchini, compañera de escuela y amiga. "Hija, José Scortecchini no sólo me torturó a mí, y a muchos de mis amigos a los que conocés, sino que también tuvo responsabilidad en la muerte de varios de nuestros compañeros", contestó Alfredo del otro lado de la línea telefónica. Como una paradoja de los tiempos que corren, la anécdota fue relatada ayer por Vivono frente al Tribunal Oral Federal Nº 2, que también escuchó el final (momentáneo) de esta historia: Julieta, la hija de "Archie" Scortecchini, no pudo sobrellevar el peso de la historia de su padre, se quedó de año y fue retirada de la escuela por su familia.
El de Vivono fue el segundo testimonio de la tarde, en el que relató en varias oportunidades haber visto en el Servicio de Inteligencia de la policía a una de las testigos de la mañana Patricia Antelo (ver aparte), y a María Virginia Molina.
Pero antes, había sido el turno de Jorge Palombo, uno de los testimonios más conmovedores de la jornada. Palombo, también militante de la UES, narró de modo estremecedor el cautiverio, las torturas a las que fue sometido, las torturas de los compañeros que estaban allí detenidos y las permanentes amenazas que sistemáticamente aplicaban los genocidas. También el testigo narró su paso por la cárcel de Coronda de donde fue sacado Daniel Gorosito una noche y que permanece desaparecido.
Al borde de quebrarse, relató que fue llevado al Servicio de Informaciones el 30 de junio de 1976, donde fue torturado durante siete días corridos. En ese infierno recordó haber visto a Eduardo Pérez, conocido por su apodo "Parrilla". Era un militante de la UES desaparecido. "Colaborá o te va a pasar lo mismo que a Parrilla, vas a ir a mirar a los rabanitos crecer desde abajo", le dijo en una sesión de tormentos uno de su torturadores.
Allí también recordó haber visto a "Carlota", un compañero del Superior de Comercio, asi como a Mario Luraschi y su señora que estaba embarazada, y a su concuñada. La lista de víctimas se completaba con Marcelo "Mosquito" De la Torre, Esteban Mariño, Adrián de Rosa, Néstor Serravalle, Liliana Gómez, y la familia Ferrari, que llegaron con un hijo de 14 años.
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