El juez federal Bailaque hizo lugar a un pedido del fiscal Stara. La investigación apunta a los ex jefes de la Unidad 3 Zirone y Kushidonchi.
Marcelo Bailaque. El magistrado federal rosarino abrió un nuevo expediente que se deriva de la megacausa Feced.
El juez federal Nº4 de Rosario, Marcelo Bailaque, abrió una causa por crímenes de lesa humanidad cometidos en la Unidad Penal 3 de Rosario durante la última dictadura. El magistrado hizo así lugar a un pedido que presentara el fiscal federal Gonzalo Stara, que está a cargo de la Unidad de Asistencia de Derechos Humanos en la jurisdicción de la Cámara Federal de Rosario. Están en la mira del Ministerio Público los ex jefes de esa cárcel Octavio Zirone y Adolfo Kushidonchi, por los delitos de privación ilegal de la libertad agravada y aplicación de tormentos agravados, en perjuicio de 40 personas, a lo que se suma un caso de homicidio.
Bailaque hizo lugar al planteo del fiscal para que se investiguen los hechos, calificados como delito de lesa humanidad, sufridos por los presos políticos alojados en la Unidad 3 de Rosario. Stara explicó a LaCapital que "la causa es un desprendimiento de la megacausa Feced, cuya investigación fue delegada quedando la investigación a cargo de la Unidad Fiscal de Derechos Humanos que coordino".
El funcionario señaló que "las primeras medidas serán recibir las declaraciones testimoniales a quienes fueron alojados en dicho penal, las que comenzarán en 15 días, y se estima que luego podrían solicitarse en lo inmediato las declaraciones indagatorias de quienes ocuparon los máximos cargos en dicho penal: Zirone, primero, y más tarde Kushidonchi.
Además, el fiscal consignó que "no se descarta avanzar sobre otras responsabilidades como guardiacárceles, médicos, jefes de guardia externa e interna, y todos aquellos que integraron aquella maquinaria que tuvo, entre otras funciones, lograr el deterioro físico y psíquico de los detenidos, blanquear el alojamiento de los presos políticos, atento que muchos de ellos ingresaron sin escala desde el propio centro clandestino de detención (CCD) del Servicio de Informaciones (SI) de la policía en condiciones lamentables".
Según la presentación del Ministerio Público, el penal rosarino, en el período marzo-septiembre de 1976 estuvo a cargo, sucesivamente, de Zirone y Kushidonchi. El primero de ellos ocupó el cargo de director interventor hasta el 24 de agosto de 1976, cuando fue designado en igual cargo en la cárcel de Coronda. Kushidonchi ejerció funciones en el penal contemporáneamente con Zirone, hasta que ocupó el cargo de director, por poco tiempo, para luego volver a secundar a Zirone en Coronda.
Stara sostuvo que "debe tenerse presente que la materialidad de los hechos sufridos en la Unidad 3 de Rosario, han quedado acreditados en la sentencia de la causa Díaz Bessone, al recoger los centenares de testimonios prestados durante la audiencia de debate de dicho juicio".
La requisitoria de instrucción que fuera presentada por la Fiscalía achaca a Zirone y Kushidonchi "los hechos de privación ilegal de la libertad agravada y tormentos agravados que, integrando el plan sistemático de represión clandestina e ilegal damnificaron a Juan Carlos Bertone, Juan Pablo Bustamante, Alberto Chiartano, Carlos Corbella, Marcelo de la Torre, Adrián De Rosa, Juan Luis Girolami, Daniel Gollán, Daniel Gorosito, Walter Hyon, Andrés Krutoy, Pablo López Arcaute, Félix López, Mario Luraschi, Jorge Magnani, Esteban Mariño, Alberto Marquard, Gustavo Mechetti, Héctor Medina, Jorge Palombo, Rubén Pancaldo, Heriberto Piccinelli, Julio Rayón, Angel Rosell, Angel Ruani, Nicolás Segarra, Eduardo Seminara, Jorge Ugolini, Carlos Usinger, Sergio Ferrari, Claudio Ferrari, Carlos Scocco, Eduardo Boero, Norberto Limonte, José De María, Alberto Ruíz Díaz, Rubén Milberg, Rolando Chávez, Ramón Córdoba, y Alfredo Vivono, mientras permanecieron cautivos en la Unidad 3 de Rosario". Además, se suman "los hechos de privación ilegal de la libertad agravada, tormentos agravados y homicidio agravado que damnificaron a Pedro Galeano, a partir de que fuera alojado, proveniente del SI, en la Unidad 3".
Entre los numerosos testimonios vertidos por las víctimas se cuenta el de Héctor Chinche Medina quien declarara que mientras permaneció en la cárcel de Rosario tuvo una entrevista personalizada tanto con Zirone como con Kusidonchi. El 22 de agosto del 1976, un guardia lo sorprendió escribiendo y fue castigado. Lo golpearon, lo tuvieron desnudo y llegó la orden de Zirone de que lo llevaran a hablar con él. Esa fue la segunda vez que habló con Zirone, quien le dijo que "de acá en más se iba a tener que aguantar lo que venga". Luego fue llevado castigado a una celda que se encontraba debajo de la escalera y pudo ver una inscripción que decía "por acá pasó Daniel Gorosito". Medina señaló que "ahí pude corroborar que Gorosito —aún desaparecido— había estado aislado antes de ir al pabellón".
Zirone y Kushidonchi también están imputados en otra causa por su accionar estando al frente de la cárcel de Coronda, expediente que está en la etapa de testimoniales.
Fuente: la capital
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