Los tres imputados fueron condenados a prisión perpetua de cumplimiento en cárcel común. El tribunal pidió además que se investigue a otras personas como presuntos partícipes de los crímenes ventilados en el proceso oral.
El tribunal condenó este mediodía a prisión perpetua e inhabilitación absoluta a los ex coroneles retirados Fernando Manuel Saint Amant y Antonio Federico Bossie -jefe y número dos del Área Militar 2012 con asiento en San Nicolás durante el Terrorismo de Estado- y aplicó la misma pena al entonces jefe de la Policía Federal de esa ciudad, Jorge Muñoz, por la causa conocida como la masacre de Juan B. Justo.
En el juicio se ventilaron los pormenores de un operativo realizado en la madrugada del 19 de noviembre de 1976 en una vivienda de calle Juan B. Justo al 600 de San Nicolás por el Ejército y la policía, en el que fueron asesinados el matrimonio conformado por Omar Amestoy y María del Carmen Fettolini y sus hijos María Eugenia y Fernando, de tres y cinco años.
También murió en ese episodio represivo Ana María Granada, quien alcanzó a resguardar con un colchón dentro de un placard a su bebé de apenas 5 meses, quien fue adoptado ilegalmente y luego recuperado por Abuelas para recuperar su identidad como Manuel Gonçalvez.
El tribunal también condenó a Saint Amant por la privación ilegítima de la libertad y los homicidios de seis militantes de la JP-Montoneros desaparecidos en los barrios Trípoli, Don Bosco y Santa Rosa entre abril y mayo de 1977, y por el secuestro de José Emilio Mastroberardino, quien alquiló su vivienda a uno de los matrimonios desaparecidos.
En esa causa se investigaron las desapariciones y muertes de María Regina Spotti, María Rosa Baronio, Eduardo Luis Reale, Horacio Arístides Martínez, María Cristina Alvira y Raquel Rosa Alvira.
Por último, la sentencia contra el ex jefe militar contempló la sustracción, retención y ocultamiento de un menor de 10 años y el robo agravado por haber sido cometido con armas contra los militantes de la JP-Montoneros.
Tras la lectura de la sentencia, que fue seguida fuera del recinto de los tribunales federales de Rosario por cientos de militantes, Manuel Gonçalvez dijo : "Siento un gran peso menos, la verdad que convivir con los procesos judiciales es muy difícil porque lleva mucho de cada uno de nosotros y la cabeza casi no puede estar en otro lado que no sea en la causa".
"Haber cerrado esto de esta manera nos va a permitir no sólo a nosotros como familiares directos sino a toda la sociedad tener un país mucho mejor y vamos a vivir mucho mejor", añadió.
En esa línea, remarcó que "no significaría nada que estuviéramos sólo nosotros acá, estos juicios son una construcción colectiva y yo no lo tomo como una situación personal ni busco justicia para mi o por mi mamá o por mi papá; la dictadura nos pasó a todos, algunos fuimos afectados directos, otros no, pero todos fuimos afectados de alguna manera".
Por su parte, uno de los abogados querellantes y representante de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, Lucas Ciarniello, se mostró "conforme y feliz" con la sentencia.
"Todo lo que solicitamos fue decidido de esa manera e incluso se dictaron las revocaciones de las exenciones de prisión y las excarcelaciones (para los imputados), más allá de que van a seguir en prisión domiciliaria hasta que la condena quede firme, pero fue un fallo ejemplar declarando todos los delitos como delitos de lesa humanidad".
Tras conocerse la sentencia, Florencia Amestoy, familiar del matrimonio asesinado en la Masacre de Juan B. Justo, sostuvo que "la justicia no repara las ausencias pero sí cura un poco el alma maltrecha".
"Llegamos a fin de año con mucha justicia en este país, un país más justo, más libre y más seguro porque los genocidas están donde tendrían que haber estado hace más de 30 años: tras las rejas".
Víctor Almada, compañero de la desaparecida Regina Spotti, señaló que las condenas de hoy "son el cimiento de una larga historia, porque hoy sólo había tres acusados y son muchos más".
"No tengo mucha paz pero sí una gran alegría, porque nuestro compromiso con la historia es largo", señaló el hombre que llevaba colgado de su cuello una fotografía de su mujer asesinada por la dictadura.
Y agregó: "Hoy llegamos con rencores pero con justicia".
La lectura de la sentencia del tribunal integrado por los jueces Jorge Venegas Echagüe, Omar Digerónimo y Beatriz Caballero de Barabani, fue acompañada por medio millar de militantes de las agrupaciones juveniles La Cámpora, Martín Fierro y JP-Evita, además de por las Madres y Abuelas de Plaza 25 de Mayo de Rosario y la agrupación HIJOS.
También acompañaron a las víctimas y los familiares los nietos recuperados Horacio Pietragalla y Victoria Montenegro.
El tribunal condenó este mediodía a prisión perpetua e inhabilitación absoluta a los ex coroneles retirados Fernando Manuel Saint Amant y Antonio Federico Bossie -jefe y número dos del Área Militar 2012 con asiento en San Nicolás durante el Terrorismo de Estado- y aplicó la misma pena al entonces jefe de la Policía Federal de esa ciudad, Jorge Muñoz, por la causa conocida como la masacre de Juan B. Justo.
En el juicio se ventilaron los pormenores de un operativo realizado en la madrugada del 19 de noviembre de 1976 en una vivienda de calle Juan B. Justo al 600 de San Nicolás por el Ejército y la policía, en el que fueron asesinados el matrimonio conformado por Omar Amestoy y María del Carmen Fettolini y sus hijos María Eugenia y Fernando, de tres y cinco años.
También murió en ese episodio represivo Ana María Granada, quien alcanzó a resguardar con un colchón dentro de un placard a su bebé de apenas 5 meses, quien fue adoptado ilegalmente y luego recuperado por Abuelas para recuperar su identidad como Manuel Gonçalvez.
El tribunal también condenó a Saint Amant por la privación ilegítima de la libertad y los homicidios de seis militantes de la JP-Montoneros desaparecidos en los barrios Trípoli, Don Bosco y Santa Rosa entre abril y mayo de 1977, y por el secuestro de José Emilio Mastroberardino, quien alquiló su vivienda a uno de los matrimonios desaparecidos.
En esa causa se investigaron las desapariciones y muertes de María Regina Spotti, María Rosa Baronio, Eduardo Luis Reale, Horacio Arístides Martínez, María Cristina Alvira y Raquel Rosa Alvira.
Por último, la sentencia contra el ex jefe militar contempló la sustracción, retención y ocultamiento de un menor de 10 años y el robo agravado por haber sido cometido con armas contra los militantes de la JP-Montoneros.
Tras la lectura de la sentencia, que fue seguida fuera del recinto de los tribunales federales de Rosario por cientos de militantes, Manuel Gonçalvez dijo : "Siento un gran peso menos, la verdad que convivir con los procesos judiciales es muy difícil porque lleva mucho de cada uno de nosotros y la cabeza casi no puede estar en otro lado que no sea en la causa".
"Haber cerrado esto de esta manera nos va a permitir no sólo a nosotros como familiares directos sino a toda la sociedad tener un país mucho mejor y vamos a vivir mucho mejor", añadió.
En esa línea, remarcó que "no significaría nada que estuviéramos sólo nosotros acá, estos juicios son una construcción colectiva y yo no lo tomo como una situación personal ni busco justicia para mi o por mi mamá o por mi papá; la dictadura nos pasó a todos, algunos fuimos afectados directos, otros no, pero todos fuimos afectados de alguna manera".
Por su parte, uno de los abogados querellantes y representante de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, Lucas Ciarniello, se mostró "conforme y feliz" con la sentencia.
"Todo lo que solicitamos fue decidido de esa manera e incluso se dictaron las revocaciones de las exenciones de prisión y las excarcelaciones (para los imputados), más allá de que van a seguir en prisión domiciliaria hasta que la condena quede firme, pero fue un fallo ejemplar declarando todos los delitos como delitos de lesa humanidad".
Tras conocerse la sentencia, Florencia Amestoy, familiar del matrimonio asesinado en la Masacre de Juan B. Justo, sostuvo que "la justicia no repara las ausencias pero sí cura un poco el alma maltrecha".
"Llegamos a fin de año con mucha justicia en este país, un país más justo, más libre y más seguro porque los genocidas están donde tendrían que haber estado hace más de 30 años: tras las rejas".
Víctor Almada, compañero de la desaparecida Regina Spotti, señaló que las condenas de hoy "son el cimiento de una larga historia, porque hoy sólo había tres acusados y son muchos más".
"No tengo mucha paz pero sí una gran alegría, porque nuestro compromiso con la historia es largo", señaló el hombre que llevaba colgado de su cuello una fotografía de su mujer asesinada por la dictadura.
Y agregó: "Hoy llegamos con rencores pero con justicia".
La lectura de la sentencia del tribunal integrado por los jueces Jorge Venegas Echagüe, Omar Digerónimo y Beatriz Caballero de Barabani, fue acompañada por medio millar de militantes de las agrupaciones juveniles La Cámpora, Martín Fierro y JP-Evita, además de por las Madres y Abuelas de Plaza 25 de Mayo de Rosario y la agrupación HIJOS.
También acompañaron a las víctimas y los familiares los nietos recuperados Horacio Pietragalla y Victoria Montenegro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario