El ajedrez y la militancia
Fue secuestrado en Rosario el 19 de marzo del 77, asesinado cinco días después en un enfrentamiento fraguado y enterrado en el cementerio La Piedad. "Necesitábamos cerrar la historia. Se lo llevaron cuando era un pibe", dijo su hermano Rodolfo Bruzzone.
El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) identificó los restos de Gustavo Bruzzone, un joven secuestrado en Rosario el 19 de marzo de 1977, asesinado cinco días después en un enfrentamiento fraguado y enterrado en el cementerio La Piedad. Tenía 22 años, militaba en la Juventud Peronista y era un destacado ajedrecista que había representado a la provincia en varios torneos.
El EAAF comenzó a trabajar en el cementerio en 2011, en 120 tumbas que, se presumía, podrían corresponder a desaparecidos. La selección se hizo identificando primero las inhumaciones NN entre 1976 y 1983, para luego determinar cuáles fueron muertes violentas y, en algunos casos, la constancia en los registros de una intervención del Comando del II Cuerpo de Ejército o de la policía.
Tal como publica el portal Infojusnoticias con la firma de Nicolás Lovaisa, a partir de esa investigación el EAAF, a cargo de Miguel Nieva, comprobó que Bruzzone había sido trasladado a El Pozo, el centro clandestino de detención que funcionó en el ex Servicio de Informaciones de Rosario. Cinco días después de su detención lo sacaron de allí junto con otros dos detenidos. Los tres cayeron en un supuesto "enfrentamiento", que obviamente fue fraguado, en Córdoba al 5600.
El diario La Capital publicó el día después: "El comandante del Segundo Cuerpo de Ejército informa a la población que el día 24 de marzo con motivo de la persecución que efectúan las fuerzas legales contra las bandas de terroristas se produjeron los siguientes hechos: 1. Siendo las 3.30 en la calle Córdoba al 5600, de la ciudad de Rosario, fueron abatidos 3 delincuentes subversivos al estallar el artefacto explosivo que transportaban en el vehículo en que se trasladaban".
"Necesitábamos cerrar la historia. Yo lo llevo en mi corazón, pero es muy duro poder verlo sólo en una foto. Se lo llevaron cuando era un pibe. Tenía apenas 22 años. A mi hermano no lo dejaron vivir", afirmó Rodolfo Bruzzone. Junto con su madre Irma Godone recorrieron hospitales, comisarías, cuarteles, para saber qué había pasado con Gustavo. Durante un año viajaron a Rosario para entrevistarse con el teniente coronel Enrique González Roulet. "Un día no aguanté más sus mentiras y le dije que si quería una novela me compraba un buen libro. Me echó y me dijo que no volviera más, era mayo de 1978", recordó Chocha, que fue una de las primeras Madres de Santa Fe. "Ahora ya puedo partir tranquila. Sé donde está y va a descansar junto a sus compañeros", agregó.
En el verano del 72, Bruzzone comenzó a militar en la Juventud Peronista. Visitaba los barrios más humildes de la ciudad, se comprometió para darle una mano a los vecinos de Alto Verde en la inundación de 1973 y se involucró en la campaña para la vuelta de Juan Domingo Perón. Se inscribió en la Facultad de Ingeniería Química. "Rindió ocho materias espaciadas, porque la militancia le llevaba mucho tiempo, a pesar de mis protestas. Un día me dijo que abandonaba la facultad porque quería pelear por lo que creía, y que si dejaba su vida en el camino se sentiría feliz", recordó Irma.
Con su hermano Rodolfo fue más claro: "Esto lo hago por mi ahijado (Víctor Rodolfo, en homenaje al ex futbolista de Unión, Marchetti). Y si dejo los huevos en el camino va a ser por él".
El Ministerio de Educación lo designó como profesor de ajedrez en la escuela General José de San Martín, donde había cursado la primaria. Luego ingresó por concurso al Centro de Cómputos de la provincia. En 1974 se casó con su novia de toda la vida, Carmen Liliana Nahs. Se mudaron a Rosario, donde trabajó en el puerto, en un taller, lavó piezas, pintó paredes. Junto a su esposa se mudaron de pensión en pensión hasta que lograron alquilar una casa en Rioja 5349. El 19 de marzo de 1977 fue a buscar el auto de un amigo al taller. En ese vehículo iba a volver a Santa Fe para festejar el cumpleaños de su madre al día siguiente. Pero nunca llegó. Su esposa fue secuestrada el 8 de agosto de 1977 y continúa desaparecida. De Liliana se sabe que pasó por la Quinta de Funes.
Una placa robada
"Soñé con él. Hacía mucho tiempo que no me pasaba. Soñé que lo encontraba, que hablaba con él. Hace mucho tiempo entendí que no voy a volver a verlo, pero necesito saber qué le pasó. Creo que volver a soñar con él es como una señal". La frase de su madre Irma Godone fue meses atrás. Igual la familia espera la concreción de otro sueño: desde el 25 de julio de 2009, a través de una propuesta de la vecinal del barrio María Selva aprobada por el Concejo Municipal de Santa Fe, una plazoleta de la ciudad lleva el nombre de Gustavo Bruzzone. Está ubicada en la intersección de las calles Ruperto Godoy y Rivadavia, a cien metros de la avenida Aristóbulo del Valle. Allí se colocó una placa con su nombre y las autoridades municipales (en aquel momento el intendente era Mario Barletta) se comprometieron a colocar tableros de ajedrez, como una manera de recordarlo, y también de promover el juego. Nada de eso ocurrió. La placa fue robada el año pasado y no se colocó una nueva.
Fue secuestrado en Rosario el 19 de marzo del 77, asesinado cinco días después en un enfrentamiento fraguado y enterrado en el cementerio La Piedad. "Necesitábamos cerrar la historia. Se lo llevaron cuando era un pibe", dijo su hermano Rodolfo Bruzzone.
El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) identificó los restos de Gustavo Bruzzone, un joven secuestrado en Rosario el 19 de marzo de 1977, asesinado cinco días después en un enfrentamiento fraguado y enterrado en el cementerio La Piedad. Tenía 22 años, militaba en la Juventud Peronista y era un destacado ajedrecista que había representado a la provincia en varios torneos.
El EAAF comenzó a trabajar en el cementerio en 2011, en 120 tumbas que, se presumía, podrían corresponder a desaparecidos. La selección se hizo identificando primero las inhumaciones NN entre 1976 y 1983, para luego determinar cuáles fueron muertes violentas y, en algunos casos, la constancia en los registros de una intervención del Comando del II Cuerpo de Ejército o de la policía.
Tal como publica el portal Infojusnoticias con la firma de Nicolás Lovaisa, a partir de esa investigación el EAAF, a cargo de Miguel Nieva, comprobó que Bruzzone había sido trasladado a El Pozo, el centro clandestino de detención que funcionó en el ex Servicio de Informaciones de Rosario. Cinco días después de su detención lo sacaron de allí junto con otros dos detenidos. Los tres cayeron en un supuesto "enfrentamiento", que obviamente fue fraguado, en Córdoba al 5600.
El diario La Capital publicó el día después: "El comandante del Segundo Cuerpo de Ejército informa a la población que el día 24 de marzo con motivo de la persecución que efectúan las fuerzas legales contra las bandas de terroristas se produjeron los siguientes hechos: 1. Siendo las 3.30 en la calle Córdoba al 5600, de la ciudad de Rosario, fueron abatidos 3 delincuentes subversivos al estallar el artefacto explosivo que transportaban en el vehículo en que se trasladaban".
"Necesitábamos cerrar la historia. Yo lo llevo en mi corazón, pero es muy duro poder verlo sólo en una foto. Se lo llevaron cuando era un pibe. Tenía apenas 22 años. A mi hermano no lo dejaron vivir", afirmó Rodolfo Bruzzone. Junto con su madre Irma Godone recorrieron hospitales, comisarías, cuarteles, para saber qué había pasado con Gustavo. Durante un año viajaron a Rosario para entrevistarse con el teniente coronel Enrique González Roulet. "Un día no aguanté más sus mentiras y le dije que si quería una novela me compraba un buen libro. Me echó y me dijo que no volviera más, era mayo de 1978", recordó Chocha, que fue una de las primeras Madres de Santa Fe. "Ahora ya puedo partir tranquila. Sé donde está y va a descansar junto a sus compañeros", agregó.
En el verano del 72, Bruzzone comenzó a militar en la Juventud Peronista. Visitaba los barrios más humildes de la ciudad, se comprometió para darle una mano a los vecinos de Alto Verde en la inundación de 1973 y se involucró en la campaña para la vuelta de Juan Domingo Perón. Se inscribió en la Facultad de Ingeniería Química. "Rindió ocho materias espaciadas, porque la militancia le llevaba mucho tiempo, a pesar de mis protestas. Un día me dijo que abandonaba la facultad porque quería pelear por lo que creía, y que si dejaba su vida en el camino se sentiría feliz", recordó Irma.
Con su hermano Rodolfo fue más claro: "Esto lo hago por mi ahijado (Víctor Rodolfo, en homenaje al ex futbolista de Unión, Marchetti). Y si dejo los huevos en el camino va a ser por él".
El Ministerio de Educación lo designó como profesor de ajedrez en la escuela General José de San Martín, donde había cursado la primaria. Luego ingresó por concurso al Centro de Cómputos de la provincia. En 1974 se casó con su novia de toda la vida, Carmen Liliana Nahs. Se mudaron a Rosario, donde trabajó en el puerto, en un taller, lavó piezas, pintó paredes. Junto a su esposa se mudaron de pensión en pensión hasta que lograron alquilar una casa en Rioja 5349. El 19 de marzo de 1977 fue a buscar el auto de un amigo al taller. En ese vehículo iba a volver a Santa Fe para festejar el cumpleaños de su madre al día siguiente. Pero nunca llegó. Su esposa fue secuestrada el 8 de agosto de 1977 y continúa desaparecida. De Liliana se sabe que pasó por la Quinta de Funes.
Una placa robada
"Soñé con él. Hacía mucho tiempo que no me pasaba. Soñé que lo encontraba, que hablaba con él. Hace mucho tiempo entendí que no voy a volver a verlo, pero necesito saber qué le pasó. Creo que volver a soñar con él es como una señal". La frase de su madre Irma Godone fue meses atrás. Igual la familia espera la concreción de otro sueño: desde el 25 de julio de 2009, a través de una propuesta de la vecinal del barrio María Selva aprobada por el Concejo Municipal de Santa Fe, una plazoleta de la ciudad lleva el nombre de Gustavo Bruzzone. Está ubicada en la intersección de las calles Ruperto Godoy y Rivadavia, a cien metros de la avenida Aristóbulo del Valle. Allí se colocó una placa con su nombre y las autoridades municipales (en aquel momento el intendente era Mario Barletta) se comprometieron a colocar tableros de ajedrez, como una manera de recordarlo, y también de promover el juego. Nada de eso ocurrió. La placa fue robada el año pasado y no se colocó una nueva.
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