Eslabón del aparato represivo
"Morrongo" fue condenado a 10 años y seis meses de prisión por "privación ilegal de la libertad agravada" y "tormentos agravados" a Froilán Aguirre, ex militante de la UES. "Quedó claro de qué lado está la verdad", dijo la víctima.
Por Juan Carlos Tizziani
"Morrongo" fue condenado a 10 años y seis meses de prisión por "privación ilegal de la libertad agravada" y "tormentos agravados" a Froilán Aguirre, ex militante de la UES. "Quedó claro de qué lado está la verdad", dijo la víctima.
Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe Terminó ayer el juicio por el martirio de Froilán Aguirre, un ex militante de la UES secuestrado y torturado en octubre de 1976, que logró identificar a su verdugo y llevarlo al banquillo. El Tribunal Oral de Santa Fe condenó al comisario Roberto Martínez Dorr ("Morrongo") por "privación ilegal de la libertad agravada" y "tormentos agravados" a diez años y seis meses de prisión, la mitad de la pena que había pedido la querella y dos tercios de lo que reclamó el Ministerio Público. Es la condena más baja de todos los juicios de lesa humanidad que se realizaron hasta ahora, pero es probable que sea la primera para Martínez Dorr, que está imputado en otras causas donde se investigan otros crímenes del terrorismo de estado. "Lo importante es que quedó claro de qué lado está la verdad", dijo Froilán, satisfecho porque los jueces le creyeron, aun cuando admitió que esperaba una condena mayor.
Su abogado y hoy secretario de Derechos Humanos de la provincia, Horacio Coutaz, valoró la sentencia porque el juicio probó que Martínez Dorr "era un eslabón del aparato represivo, que participó en un montón de operativos donde hubo desaparecidos y asesinados", dijo. La lectura del veredicto no le demandó más de cinco minutos a la presidenta del Tribunal, María Ivón Vella, acompañada por sus colegas, José María Escobar Cello y Otmar Paulucci. Afuera, en la calle, una muchedumbre saludó el fallo con aplausos y cánticos, a pesar de que las expectativas eran otras.
Martínez Dorr fue detenido a principios de 2008, pasó 29 meses en la cárcel de Las Flores y desde mediados de 2010 está bajo arresto domiciliario en su casa de Guadalupe. El Tribunal le impuso "una pena de 10 años y seis meses de prisión, inhabilitación absoluta y perpetua y accesorias legales", pero postergó el pronunciamiento sobre "la modalidad de detención" hasta que la sentencia quede firme.
Lo que significa que ayer, Martínez Dorr volvió a su casa. Aguirre fue uno de los primeros en salir de la sala de audiencias, junto a Coutaz y su segunda abogada, Alejandra Romero Niklison. "Estamos satisfechos porque seguimos avanzando en la construcción de la memoria, la verdad y la justicia para un país mejor. Cada juicio, es una mejora en la calidad democrática e institucional del pueblo", reflexionó. "En el plano personal se cierra un ciclo", aceptó Froilán. "Siento satisfacción por haber arribado a esta instancia de justicia. Hubiera preferido una condena más contundente y de cumplimiento efectivo en cárcel común. De todas maneras, tiene la condena social merecida.
Estos juicios van a seguir, porque Martínez Dorr tiene otras causas pendientes", agregó. Desde que identificó a su torturador y asoció aquella imagen que guardaba en su memoria desde 1976 con una foto de Martínez Dorr que le acercaron, Froilán no declinó la búsqueda de justicia. "Me lo crucé varias veces en la calle, una situación tensa y desagradable por la impotencia que me generaba. Pero, en el juicio, cuando lo tuve enfrente y en sucesivas audiencias, lo hice desde otro lado, desde la justicia democrática que ahora lo condenó. Eso es lo importante", afirmó "Los jueces creyeron en su testimonio ". Así es. Por eso valoro la sentencia, mi testimonio fue creíble porque nunca hubo ningún nivel de especulaciones y con todo lo que se ventiló durante el juicio ha quedado claro de qué lado estaba la verdad -contestó Froilán." Y había que tener el coraje de identificarlo, llevarlo a juicio y enfrentar esa situación."El coraje lo tiene el pueblo que viene avanzando sin descanso a lo largo de 30 años y eso lo que no dejo de valorar. El caso no era fácil. Uno esperaba más, pero era mi testimonio en condiciones terribles. Dentro de lo posible, hemos logrado condenarlo. La abogada de Hijos, Lucila Puyol Lucila Puyol valoró también la sentencia. "Estamos satisfechos. Esperábamos una condena más alta, mas ejemplificadora por todo lo que hizo Martínez Dorr, pero este es caso puntual, fue juzgado por un solo hecho, en una sola causa desmembrada de otras y en las que está imputado.
Lo importante es que haya salida una condena y se haya determinado su responsabilidad como integrante de la patota represiva que durante la dictadura se dedicaba a secuestrar, torturar, asesinar y hacer desaparecer personas en Santa Fe. Que no se quede tranquilo, por ahora está en su casa, pero Martínez Dorr está imputado en muchísimas causas más", concluyó Puyol.
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